La paz del corazón
Comentarios de Eugenio al post «El silencio consciente» en la reunión mensual de intercambio del 19/03/23
¿Por qué es importante el ayuno y también el ayuno de palabras?
Lo primero que conviene aclarar es que este tipo de reglas, prácticas, tienen sentido para las personas que buscan la verdad, busca la armonía y buscan la libertad, porque se sienten a merced de las circunstancias de la vida y de una mente que reacciona de forma mecánica e inconsciente. También hay que constatar que la sociedad actual bajo el espejismo de la tecnología y los avances científicos, cree poder solucionar los problemas del hombre. Sin embargo, es bien palpable que estos llamados progresos, generan cada vez más miseria y crueldad al género humano.
Por lo cual buscamos la justicia, quietud y la paz. Pero no solo eso, sino que intuimos que el creador vive en nuestro interior. Anhelamos su presencia, en definitiva buscamos a Dios, porque creemos que sólo en él sentiremos la plenitud. Pero para que esto no sea solo un dicho o una creencia más es necesario aceptar que el problema está en nosotros, en nuestra manera de dar significado a la vida, y no en el desmesurado y contradictorio mundo exterior. Aquí nos encontramos con las prácticas y los ayunos sugeridos al principio. Por que este es el camino para encontrarnos con el silencio interior.
¿Pero qué es el silencio? Entiendo que el silencio es un progresivo aquietamiento de la actividad mental y una reorientación de la conducta hacia nuestro interior y hacia el mundo externo. Es un proceso personal e intransferible para todo buscador, que se caracteriza por la toma de conciencia sobre el cuerpo, las emociones y los procesos mentales.
Esta conciencia o esta atención consigue percatarse de la identificación en que vivimos, nos muestra que nuestra vida está dirigida por hábitos, rutinas mentales y corporales, pero no por nuestra propia voluntad. Así comprendemos la realidad que somos. Así a la luz de la compresión los mecanismos inconscientes comienzan a diluirse y pierden su hegemonía en nuestro mundo interior. Esto nos acerca al despertar y permite que el nivel de conciencia y la atención crezcan.
Estos nuevos niveles de conciencia son la puerta que nos conduce al hombre interior, al corazón. Y los ayunos sugeridos al principio, la práctica continuada y la consagración de la vida a este proceso nos permiten profundizar y experimentar que: El silencio consciente es la primera manifestación del Espíritu actuando en nosotros.
¡Gracias Eugenio!
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