Humilitas

Invierno en el Monasterio

Fragmento:

En la espiritualidad desde abajo se trata sobre todo de conseguir abrirse a las relaciones personales con Dios en el punto preciso en que se agotan y cierran todas las posibilidades humanas. La auténtica oración, dicen los monjes, brota de las profundidades de nuestras miserias y no de las cumbres de nuestras virtudes.

Jean Lafrance describe la auténtica oración cristiana como una oración que brota de lo profundo, pero necesitó él mismo largos años de fracasos para llegar a esta clase de oración. Escribe:

«Los esfuerzos que hacemos en la oración y ejercicios ascéticos para llegar a la posesión de Dios van en dirección equivocada. Nos parecemos a Prometeo en su vano intento de robar el fuego del cielo. Tiene suma importancia comprobar en qué medida induce este esquema de perfección a entrar por un camino contrario al enseñado por Jesús en el evangelio.

Jesús no puso una escala de perfección por la que se sube peldaño tras peldaño hasta llegar a Dios. No, Jesús enseñó un camino de descenso a los fondos de la humildad. Al encontrarnos en el cruce debemos, por tanto, elegir para ir a Dios entre el camino que sube y el que baja. Según mis experiencias desearía adelantar algo ya desde ahora:

Si para ir a Dios elige usted el camino del heroísmo en la práctica de las virtudes, eso es cosa suya, tiene usted todo el derecho de hacerlo. Pero quisiera prevenirle del peligro de darse contra la pared. Si, por el contrario, prefiere usted el camino de la humildad, debe usted ser sincero en su deseo y no tiene por qué tener miedo de las profundidades de sus miserias.»*

La espiritualidad desde abajo intenta responder a la pregunta sobre qué se debe hacer cuando parece que todo sale torcido y cómo se deben colocar los fragmentos de nuestra vida rota para formar con ellos una figura nueva.

La espiritualidad desde abajo prefiere el camino de la humildad aunque esta palabra nos resulte hoy un tanto incómoda. La humildad descrita por san Benito en su regla como el camino espiritual del monje, es evaluada por Drewermann como un típico ejemplo de imposición desde fuera. Sin embargo, si damos un repaso a la literatura espiritual del cristianismo y de otras religiones, constatamos que en todas ellas se considera la humildad como la actitud fundamental de toda auténtica religiosidad.

Pero la humildad no debe entenderse como una virtud que el hombre consigue por el mero hecho de humillarse y hacerse pequeño ante los demás. La humildad no es fundamentalmente una virtud social sino religiosa. La palabra latina de humildad, humilitas, se relaciona con la palabra humus, tierra. La humildad es reconciliación con nuestra terrenalidad, con el lastre de lo terrenal, con el mundo de nuestros impulsos, con todo cuanto de negativo existe en nosotros.

Humildad es valor para aceptar la propia verdad. Los griegos distinguen entre tapeinosis, disminución, envilecimiento, pobreza y tapeinophrosyne, descripción de los comportamientos de los pobres, actitud de humildad y pobreza espiritual. La humildad designa nuestra conducta ante Dios y es virtud religiosa.

Es en todas las religiones criterio de toda auténtica espiritualidad. Es el lugar profundo donde puedo encontrarme con el verdadero Dios y donde pueden comenzar a dejarse oír los gemidos de la verdadera oración.

Extraído de: «Una espiritualidad desde abajo»

– Anselm Grün y Meinrad Dufner

Links de hoy:

* La oración incesante

Invierno en el Monasterio

Frailes menores del Corazón…

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6 Comments on “Humilitas

  1. Muy buen comentario esa espiritualidad que se reconcilia con nuestros aspectos oscuros, limitados… paro siento que aíun viviéndolos y aceptándolos pues forman parte de nuestra naturaleza humana, hemos de intentar ir más allá de ese aspecto… havcia la dimensión iluminada interior del CRISTO-AMOR.

    Muchas gracias… aprendo siempre Hermano Mario contigo…aquí.

    Un profundo abrazo…

  2. Precioso. Digno de meditar. Permiso para utilizar algunos párrafos en un post futuro. Gracias a Dios por este rincón de espiritualidad. Un fuerte abrazo

    • Gracias Angelo! Que buena la película que recomiendas en el post de tu blog. No la había visto aún.
      Cristo te cuide.

  3. Jean Lafrance es un gran autor que nos puede enseñar en muchos aspectos. Creo ha pasado algo desapercibido, fue humilde.
    El se basa, a poco que uno se fije, en santa Teresa del Niño Jesús.
    Ella decía que es ascenso en la vida espiritual se conseguía bajando.
    Jesús se despojó de su rango, tomo la condición de esclavo, pasó por uno de tantos. He ahí el profundo secreto de un avida humilde en extremo. Eso d edejar lo que somos, o creemos ser, ese ser esclavo de otros, ese «como uno de tantos» no es muy asumible por la naturaleza humana.
    Somos tierra, y de la tierra poco se puede esperar, una vez aceptado esto, también saber, que por gracia, aspiramos a ser como Jesús «mansos y humildes».

  4. Muchas gracias, Mario,
    por estas profundas refexiones de Anselm Grün y Meinrad Dufner que habla de la verdadera humilitas cristiana.
    No obstante hay un aspecto en le texto que a mi me parece que no se debe ovlidar: que la humildad enfrente de los demas y enfrente de Dios es la misma actitud cuando se tenga en conciencia que el otro sea mi proximo y asi represente a Jesu Cristo. Se dicelo facilmente pero no se vive tan facilmente.

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