La paz del corazón
Meditación XXV
Guíame en tu Verdad…
Nunca afirmaron los santos que habían encontrado por sí solos el camino que anduvieron para aprovechar en la virtud y garantizar su posesión. Antes bien, imploraban del Señor les pusiera en la verdadera trayectoria, diciendo: “Guíame en tu Verdad” (Sal. 24, 5).
Esta verdad los santos no la conocieran sólo por la fe, sino también por experiencia, y aun por la misma realidad de las cosas. Y el mismo Señor dice a Israel: “Yo le haré crecer como un verde abeto; de mí procederán tus frutos”.
Inclusive cuando se trata de aprender la ciencia de la ley los santos imploran del Señor que sea su maestro y alumbre sus ojos para poder alcanzarla. Por eso dicen: “Muéstrame, Señor, tus caminos; adiéstrame en tus sendas”
De las “Colaciones” de Casiano
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¿ y qué es la verdad? preguntó Pilato a Nuestro Señor. pues el mismo Señor es el camino, la verdad y la vida, así nos lo dice el Santo Evangelio. él es nuestro guia en este caminar, y su gracia ilumina el camino que nos guia hacia la eternidad.
El camino monástico ha sido hollado por multitud de pies antes que los nuestros. Eso nos asegura nuestro propio camino en la búsqueda de la verdad. Pero antes de echar a andar tenemos que hacer un acto de fe y reconocer nuestra impotencia. Esta piedra base de la humildad es fundamental para mantenernos receptivos a la luz de la gracia. Y cuando hallamos alcanzado cierta «experiencia» estamos obligados a decir: ¡Señor, sigue mostrandome el camino, instrúyeme en tus sendas!
Señor que me pueda vaciar de mi; de mis falsas seguridades, de mis apegos, de mis crirerios demasiado humanos para que sólo TU lo colmes todo.
Es mi oración diaria, que muestre el camino a seguir. Pues aunque sabe unoa grandes líneas lo que debe hacer, es bueno invocar al Señor para que El sea quien guíe hasta nuestros más pequeños pasos.
Un abrazo
..Cuanto más Dios se posesiona de nosotros…más vemos nuestra indigencia y dependencia a Él… y más claro vemos por donde caminar..es decir: la Verdad….
Yo te glorifico Mi Dios…
A veces me pregunto ¿que tengo que hacer ahora?….¡que ridiculo!….siendo Dios quien habita en mí ¡¡HAZ!! ¡¡VIVE!!…..y no te preocupes del que y no te preocupes de sus frutos; eso corre de Mi cuenta.
Y ese es un ingrediente fundamental de la Santidad : seguir al Maestro pues El todo lo sabe y nos Ama .