La paz del corazón
Meditación XXVI
Hay tres géneros de vocación: uno, cuando nos llama Dios directamente; otro, cuando nos llama por medio de los hombres, y el tercero, cuando lo hace por medio de la necesidad.
Si reconocemos que fuimos llamados directamente por El tendremos que ordenar toda nuestra vida de modo que esté en consonancia con esa vocación. Porque de nada servirían los bellos comienzos si el fin no respondiera a los principios.
Supongamos, en cambio, que Dios nos ha segregado del mundo por una vocación de rango más humilde, llamados por los hombres o por la necesidad. En tal caso, cuanto menos gloriosos sean los comienzos con que inauguramos la vida monástica, tanto más deberemos avivar nuestro fervor para consolidarnos en ella y tener un buen fin en nuestra carrera.
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Estimad@s en Cristo: Hermano Jerònimo nos informa que està en la biblioteca disponible el nuevo libro de cabecera:
Maestros de la Contemplación, por Giocondo Pagliara.
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Lo que cuenta es llevar a feliz término nuestra vocación: la vida bienaventurada en la eternidad.
Quiera Dios atender mi respuesta, sencilla ante su llamado, pues El nos invita ciertamente y , El nos acompaña, como decía el salmista anoche » roca de mi refugio..»..Tu voluntad Señor.., dadme siempre acierto y conocimiento para seguir tu santo y veraz mandato..
Curiosamente esta mañana he comenzado unos ejercicios espirituales ignacianos.
En la meditacion de hoy se trataba sobre el fin del hombre,que no es otro que volver a Dios.Este texto supone un perfecto complemento y responde de alguna forma a unas dudas que me habian surgido.Gracias.
Creo que solo hay un genero de Vocación ; El me soñó antes de hacerme con el fin de que cumpliera «esa vocación» y en ello andamos (aunque hay ratos en que nos llevamos mal y es que Su voluntad no siempre coincide con la mia, pero bueno «el que manda, manda y el que no pa cabo)
La vida de Oracion es el hilo que nos tiene unido a Dios y a las cosas de Dios… Cuando descuidamos esta vida de Oracion… poco a poco ese hilo se pone viejo, sucio y abandonamos todo lo recorrido…el fin no responde a los principios.
Piedad de mi Señor