El Santo Nombre
La paz del corazón
Meditación LXIV
- “Hoy comienzo”.
Conversión
La conversión testimonia la perenne juventud del cristianismo. El cristiano es aquel que dice “Hoy comienzo”. La conversión nace de la fe en la resurrección de Cristo. Ninguna caída, ningún pecado tienen la última palabra en la vida del cristiano, sino la fe en la resurrección le hace capaz de creer más en la misericordia de Dios que en la evidencia de la propia debilidad, y le permite reemprender el camino de seguimiento y de fe. Gregorio de Nisa ha escrito que en la vida cristiana se va de “comienzo en comienzo a través de comienzos que no tienen nunca fin”. El cristiano y la Iglesia necesitan siempre conversión, porque siempre deben discernir los ídolos que aparecen en su horizonte y deben renovar de forma constante su lucha contra ellos, para manifestar el señorío de Cristo sobra la realidad de su vida. En particular para la Iglesia en su conjunto, vivir la conversión significa reconocer que Dios no es una posesión suya, sino el Señor. Implica vivir la dimensión escatológica de la espera del Reino de Dios que debe venir y que la Iglesia no agota, sino que anuncia. Y anuncia con el proprio testimonio de conversión.
Enzo Bianchi. Palabras de la vida interior. Salamanca: Sígueme, 2006, p. 79.
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7 Comments on “Meditación LXIV”
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Hoy comienzo! non es para mañana. Es ya para hoy!
porque razón no aceptan el código asignado oportunamente?
Estimado Jorge, quizás se debe a espacios o mayúsculas incluidas en la clave que no corresponden. Por mail privado os la reenvío. Cristo te cuide.
Hoy comienzo, gracias por lo que nos ha dicho y comprender con otras palabras que Cristo es ayer, hoy y siempre. y que nada ni nadie tiene la ultima palabra solo El. Dios los bendiga.
Muchas gracias por esta meditación, la llevaré conmigo por largo tiempo pues me ha tocado profundamente. Dios se los pague.
Sí ahora comienzo, me convierto. No obstante ¿no estamos en el Reino de Dios ya?
Claro que sí, uno más. Todavia esperamos el Reino de Dios en plenitud que encontraremos después de nuestra muerte, cunado veremos a Dios cómo El es y a nosotros también.
Hermana Maria