La paz del corazón
En su camino Jesús procuró aliviar del sufrimiento a muchas personas: curó a los ciegos, los cojos volvieron a caminar, perdonó a la mujer adúltera abriéndole un nuevo camino: «Ve y no peque más». Abrió a Zaqueo un camino de conversión, y su amigo Lázaro volvió a la vida por la fuerza de su Palabra.
Ahora, camino de la muerte en la Cruz, aplastado bajo su peso, Simón de Cirene, ayuda a llevar esa cruz y Verónica le sale al encuentro para limpiar su rostro. Un campesino, un hombre simple, que regresaba de sus trabajos es llamado para ayudar a Jesús. En efecto, los soldados tienen miedo de que Jesús no consiga llegar vivo a su fin. Simón de Cirene mira a Jesús. ¿No sentiría él compasión por su sufrimiento y por la paz dolorosa de su mirar? El Cireneo ayuda a llevar la cruz ignorando que, en efecto, es Cristo quien soporta todo nuestro sufrimiento. Y nosotros, ¿Estamos dispuestos a caminar con todos aquellos y aquellas que están aplastados por el peso del sufrimiento, para ayudarles a llevar su cruz, incluso cuando no se quejan?
Verónica es una mujer valiente que tiene la osadía de salir de entre la multitud para limpiar el rostro de Cristo, sus ojos ya enmarañados por el sudor, por las lágrimas, por la sangre. Jesús la mira con ternura y gratitud. Su rostro a su vez bello y desfigurado fue ahora impreso para siempre en la memoria de su corazón. Nunca más, Verónica, se te borrará el mirar de Cristo lleno de amor y gratitud.
María, Madre de Jesús, no esconde el rosto en medio de la multitud. María sabe que él es el Hijo amado del Padre. Maria conoce su misión de amor y lo acompaña hasta el final. Jesús y María, su Madre, se miran. El rostro lleno de amor y doloroso de María dice a su Hijo: estoy siempre contigo, fiel a tu misión, tengo confianza en ti.
Tomado de «Vía Sacra», Meditación de la Hna. Maria fmv
gracias hermano
Hno Horacio de Jesús Crucificado F del S N ( muy bonito comentario ¡¡¡¡¡felicidades!!!!
no me queda que decir ver a mi Jesús en los ojos del otro y una conversión como saulo empezar poco a poco
mil gracias
que DIOS les bendiga
felices pascuas hermanos
En esta semana de angustia, duda, incertidumbre, tristeza, abandono, dolor y despojo que vivió Jesús cuando estuvo con nosotros, acompañemoslo de corazón y dispongamos nuestra alma para resucitar con El en la noche hermosa de la Pascua.Acompañemoslo el jueves en la Cena en la cual decidió quedarse para siempre con nosotros en cuerpo, sangre y divinidad. Estemos con El en el huerto de Getsemani, no para darle el beso de Judas sino para velar en oración continua. Vamos con El donde Anás y Caifas, no para negarlo como Pedro, sino para sufrir con El el infame castigo que le propiciaron por ser el Hijo de Dios. Estemos a su lado cuando Pilatos lo condene a muerte, no para lavarnos las manos, sino para decirle que estamos convencidos de que El es realmente el Hijo de Dios. Recorramos con El el camino hacia el Gólgota para ayudarle a cargar la cruz, aceptando la invitación que nos hizo de «tomar nuestra propia cruz y seguirlo». Ayudemoslo a levantarse de esas tres caídas bajo el peso de esa cruz que son nuestros pecados. Lloremos por nosotros y nuestros hijos cuando se dirija a las mujeres de Jerusalen. Despojemonos de nuestras vestiduras del pecado para que este sea clavado en esa cruz, y así podamos mirarlo cuando sea levantado en lo alto de ese monte glorioso en el cual fue crucificado. Oremos con El desde la cruz y digamosle al Padre, «Dios mío, Dios mío, no me abandones nunca». Recibamos a su madre como madre nuestra. Suframos la sed que tuvo para recibir el agua santa de su perdón. Miremos a aquel a quien traspasaron con los clavos.Digamosle que cuando sea el momento nos lleve con El al paraíso eterno del Padre. Descendamos con El de la cruz para arrojarnos en los amorosos brazos de María. Permanezcamos con El en el sepulcro para seputar allí, definitvamente, nuestros pecados, nuestros desamores, nuestras debilidades, nuestras flaquezas, nuestras tristezas, y nuestras angustias. Resucitemos victoriosos con El la noche de la Pascua gloriosa en la cual El resucitó de entre los muertos. Convirtámonos definitivamente al Crucificado Resucitado, siguiendo el camino de nuestra muerte y resurrección interiores, para poder resucitar a una nueva identidad y forma de vida distitnta a aquella que hemos viviod hasta el,presente.. Celebremos los msiterios de la pasión, muerte de Cristo para «morir y resucitar con El, y así entrar a una nueva vida», para decir con el apóstol Pablo: «ya no soy quien vive, sino que es Cristo quien vive en mi» Sintamos que «el amor que contemplamos en la muerte y resurrección de Jesús, es el amor que Dios nos tiene. Solo en Cristo conocemos el amor de Dios. Sin Cristo, Dios es un imaginario de todas las necesidades y deseos que tenemos». (Pbro. Emilio Betancur Múnera) Resucitemos con el crucificado resucitado para tenre una vida nueva, » el que está en Cristo es una nueva creación, todo lo viejo ha pasado ya. Miren, todo se ha hecho nuevo. Todo esto proviene de dios Dios que nos reconcilió consigo mismo a través de Cristo…y en Cristo esta reconciliando al mundo consigo mismo..
Preciosa descripción de como ir a cristo y alcanzar la paz
«Lírios perfumados nascem em brejos podres.» (Pe. Rui)
Assim é o caminho para a Vida, nada há que não passe pela experiência da Cruz de Jesus rumo à ressurreição. Nos faz perguntar sobre o sentido último do sofrimento humano e guardar no peito a certeza de um Deus que nos espera em sua eternidade.
Lindolfo.
Gracias Señor por ayudarnos a llevar nuestra Cruz y por darnos de Cireneos a nuestros hermanos de la fraternidad monastica virtual.
Gracias Señor por compartir conmigo tan sólo los sufrimientos de tu planta del pie.
Gracias Señor por haberme salvado de mis pecados que son numerosos.
Gracias porque por un pie estamos unidos.
No te pido la salud, sino que sepa aprovechar estos momentos de gracia, de compartir tu viacrusis.
Ayúdame a ser como el Cirineo para que mii sufrimiento ayude a otros que realmente sufren.
Ayúdame a darte consuelo con mi pequeño sufrimiento como la Verónica
Ayúdame a encontrarme contigo y confiar en tí como tu Madre Santísima.
Amén.
Muchas gracias hermana María por compartir su meditación con nosotros.
Nesta altura da Semana Santa é muito bom ter palavras que nos ajudam a viver melhor a paixão de Criston. Obrigada por este texto tão forte. Santa Páscoa
Gracias, Teresa! Santa Pascua!
gracias padrepor darnos a tu hijo paranuestra salvacion…despierta nuestros corazones
adormecidos por el pecado y danos de tu amor y de tu paz.
en las visperas del domingo de ramos un saludo a todos los hnos. de esta comunidad
y sigamos unidos en mutua oracion.
Jesús va camino hacia el Calvario, donde sera crucificado. En esa cruz están mis pecados, y son esos pecados los que vuelven pesada esa cruz que carga Jesús. Es el peso de mis pecados lo que hace que Jesús caiga tres veces en el camino hacia la muerte. Jesús, el siervo de Dios, aquel ante quien se vuelve el rostro, fue torturado, lacerado, coronado de espinas, condenado a muerte, crucificado, y muerto, a causa de mis pecados, de mis faltas de amor para con mis hermanos, de mis injusticias, de mis crímenes, y de mi soberbia. Siendo yo el culpable de la muerte de Jesús, debería ser yo quien cargara con esa cruz que El cargaba. Y lo hizo por amor a mí, sin sacarme en cara mi pecado, sin condenarme. Por el contrario, Jesús, al cargar esa cruz por mi, quiere demostrarme cuanto me ama. Me ama tanto Jesús, que dio la vida por mi. Y mi respuesta ante la actitud de Jesús es la despreciar ese sacrificio, volviendo a pecar. !Cuan injusto soy con Jesús, con mi Salvador, con el Dios Hijo, con Aquel que dio su vida por mi¡ Señor Jesús, hijo único de Dios ten compasión de mi, y perdona nuevamente mis pecados y mis faltas. Señor, enséñame, en esta semana en la cual rememoramos tu pasión, tu crucificción, y muerte, a llevar tu cruz, para así ser digno de tu perdón, de tu misericordia, de tu amor, y de tu8 gloria.
Debió ser horrible para Maria la Pasión y muerte de Sú hijo Jesús. Conocí a un Padre que vivio la muerte por atropellamiento de un hijo, hacia los quince dias le detuvieron tratando de desenterar el cadaver. DEBIO SER HORRIBLE MARIA
DOMINGO DE RAMOS
Ramos de esperanza, que agitamos los seres humanos, para alegrarnos con Tu Presencia
Presencia desde Tu Corazón, conocedor de nuestras incapacidades de diálogo, encuentro, y armonía interior.
Sabedor de nuestras impotencias, te viste andando, con la humildad de un peregrino inmerso en la multitud, amándola, viendo en ella a toda la humanidad.
Fue el camino hacia la Pasión, por nosotros, perdonándonos con Tu entrega.
Ese es nuestro caminar para seguirte, insertarnos por amor con todos los que pasan a nuestro lado, mirándolos con Tu mirada misericordiosa, amando sus sufrimientos, abrazando sus soledades. Ese es nuestro seguimiento que nos pides “Toma tu cruz y sígueme”
Los ramos se agitan en el aire clamando Tu Misericordia. Somos tan pequeños, que sin Ti nada podemos.
A lo lejos, mirándote con amor y dolor estaba Tu Madre, ella te acompañó, hasta el final
El único solievo ante tanto dolor, María mirándote, abrazándote desde el silencio, y en Tú corazón latía el dolor de nuestra humanidad herida y el deseo de salvarnos con Tu sangre derramada, para purificarnos y acogernos. ¡Bendito Seas Señor nuestro!
El Espíritu Santo que nos dejaste, nos hace comprendernos, encontrarnos y sentirnos UNO en Ti Señor.
Así se transforma nuestra vida, en un Hosana contínuo, recomenzando a cada paso, para seguirte, amarte y servirte en nustros hermanos.
¡Gracias Padre amado, por habernos dado Tu Presencia a través de Tú Hijo!
¡Gracias Padre por este camino para llegar a Ti!
¡Gracias Jesús por dejarnos a María como Madre nuestra!
¡Gracias Espíritu Divino por permanecer con nosotros!
¡Nos sumergimos en Tu Paz!
Sabedor de nuestras impotencias, te viste andando, con la humildad de un peregrino inmerso en la multitud, amándola, viendo en ella a toda la humanidad.
Fue el camino hacia la Pasión, por nosotros, perdonándonos con Tu entrega.
Ese es nuestro caminar para seguirte, insertarnos por amor con todos los que pasan a nuestro lado, mirándolos con Tu mirada misericordiosa, amando sus sufrimientos, abrazando sus soledades. Ese es nuestro seguimiento que nos pides “Toma tu cruz y sígueme”
Los ramos se agitan en el aire clamando Tu Misericordia. Somos tan pequeños, que sin Ti nada podemos.
A lo lejos, mirándote con amor y dolor estaba Tu Madre, ella te acompañó, hasta el final
El único solievo ante tanto dolor, María mirándote, abrazándote desde el silencio, y en Tú corazón latía el dolor de nuestra humanidad herida y el deseo de salvarnos con Tu sangre derramada, para purificarnos y acogernos. ¡Bendito Seas Señor nuestro!
El Espíritu Santo que nos dejaste, nos hace comprendernos, encontrarnos y sentirnos UNO en Ti Señor.
Así se transforma nuestra vida, en un Hosana contínuo, recomenzando a cada paso, para seguirte, amarte y servirte en nustros hermanos.
¡Gracias Padre amado, por habernos dado Tu Presencia a través de Tú Hijo!
¡Gracias Padre por este camino para llegar a Ti!
¡Gracias Jesús por dejarnos a María como Madre nuestra!
¡Gracias Espíritu Divino por permanecer con nosotros!
¡Nos sumergimos en Tu Paz!