La verdadera riqueza

Iglesia en el Monasterio de Poblet

“En una ocasión, un pequeño comerciante soñó que al cabo de pocos días llegaría a la aldea un peregrino que le daría un diamante que le haría rico para siempre.

En efecto, al cabo de poco tiempo se oyó hablar en el pueblo de la llegada de un peregrino, que se había instalado en una cueva a las afueras. El comerciante corrió a buscarlo y, sólo con verlo, le comenzó a gritar que le diera la piedra que tenía.

El peregrino rebuscó entre su bolsa y extrajo una piedra. «Probablemente te refieras a esta», dijo, mientras se la entregaba al aldeano. «La encontré en el sendero del bosque hace unos días. Por supuesto que puedes quedarte con ella».

El hombre se quedó mirando la piedra con asombro. ¡Era un diamante, el diamante más grande que jamás había visto, casi tan grande como la mano de un hombre! Lo agarró ávidamente entre sus manos y se marchó corriendo, pero aquella noche fue incapaz de dormir, dando tumbos en la cama hasta la madrugada.

Fue a despertar, por fin, al peregrino y le dijo: «Dame la riqueza que te permite desprenderte con tanta facilidad de este diamante»”

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extraído de: 

Camino en la Fe

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