La paz del corazón
Deja el pasado. No hay nada que puedas modificar allí. Cada vez que caigas en cuenta de que los pensamientos te llevan hacia ello, lleva tu atención hacia lo que está ocurriendo en este momento mismo, en el ahora. Detén el movimiento del cuerpo un segundo. Respira hondo y suave dos o tres veces. Invoca luego al amor de Dios que vive en tu corazón.
Aplícate entonces a lo que tienes entre manos, sea lo que sea, poniendo lo mejor que tienes. Entrégate a la tarea uniendo atención y adoración. Ama a Dios mediante la impecabilidad máxima que puedas encontrar en el actuar mismo y la atención puede ser el vehículo de ese amor.
Deja el futuro. Cuando te des cuenta de que los pensamientos te llevan hacia esas manipulaciones quítales la atención y repite el procedimiento anterior. Vuelve a ti y al instante. La paz que buscas está presente ya mismo en el silencio que hay entre los sonidos; en la quietud entre los movimientos; en ese deseo que sientes de hacer el bien y de que todo salga bien.
No decaigas, no desesperes, descansa en la voluntad de Aquél que es la raíz y la razón de todo lo que existe. Quién hizo las galaxias y los átomos bien sabrá cuidar de ti. No lo olvides, hay algo que atraviesa el espacio y el tiempo infinitos… un hálito de redención. Crucificar el ego en la cruz del cuerpo resucita el alma.
Texto propio del blog
Link de hoy:
Edith Stein – Fenomenología, fe y verdad
Sublime y certero: único necesario.
Gracias Hno. Mario.
En Cristo.
🙏
hermosas palabras con una enseñanza tremenda Dios me ayude a ponerlas en practica en mi hoy
Muchas gracias, ese volver de alguna manera a esa pequeña oracion muchas veces no me es nada fácil ya que esos pensamientos muchas veces atacan con fuerza y termino en un espacio de oscuridad pero he aquí el pequeño paso que muchas veces es decirme a mí misma el santo nombre de Jesús, gracias , pido vuestra oración por mi ya que soy muy inconstante. Gracias
Muchas gracias hermana por su compartir. Pues esa consciencia de la inconstancia es el camino hacia la permanencia en la oración. El «darnos cuenta» de lo que nos ocurre va facilitando el camino. Suele ayudar apenas al abrir los ojos ya iniciar la oración o repetirla unas cuantas veces con atención, deja una inercia positiva en nosotros para el resto del día. Y también al cerrar los ojos antes de dormir ayuda mucho. Dormirse repitiendo el Santo Nombre hace que se profundice mucho en nosotros. Un saludo fraterno en Cristo Jesús.
Amén.
Muchas gracias.
Queridos hermanos Cristo les cuide.
A veces, como hoy, me llega la respuesta ante situaciones determinadas en las que uno se pregunta como hacer….
Gracias
Dios les bendiga
Fernando
Que bueno Fernando! Dios nos habla a través de todo, en todas partes… Un abrazo fraterno hermano.
Bello y profundo texto, me recuerda a uno de Teilhard de Chardin.
Se nota que las personas espirituales coinciden hasta en los estilos y vivencias.
Gracias, hno. Mario por su compartir.
Gracias a ti María por tu participación, uno se siente acompañado con ello. Me lo tengo pendiente a Teilhard. Es que la vida es corta y no alcanza para leerlo todo la verdad. Un abrazo fraterno invocando a Cristo Jesús!