La paz del corazón
«La aplicación es fácil: cuanto más parece uno perder con Dios, más gana. Cuanto más nos quita Dios en lo natural, más nos da en lo sobrenatural. Se lo amaba un poco por sus dones; cuando ya no se perciben esos dones, venimos por fin a no amarlo sino por Él mismo. Por la aparente sustracción de los dones sensibles es como Él prepara ese gran don, el más precioso y el más amplio de todos, puesto que los encierra a todos. Las almas que alguna vez se sometieron totalmente a su acción deben siempre interpretarlo todo favorablemente… Que el alma que se ha entregado totalmente a Dios atraviese sin temor todas estas pruebas; que no se deje arrebatar su libertad. Con tal que sea fiel a la acción divina, esta acción todopoderosa sabrá hacer maravillas de ella, a pesar de todos los obstáculos…»
de la página 75 del Tratado del Santo abandono a la Providencia divina del Padre J.P. de Caussade
«Si llegamos al hábito de la oración espiritual, descubriremos que, por la misericordia de Dios, el deseo interior que tenemos de Él se hace más frecuente. Sucede finalmente que esta atracción íntima no cesa, y entonces se comienza a vivir interiormente en presencia de Dios de una manera continua. Esto es el advenimiento, en nosotros, del reino de Dios… Al mismo tiempo comienza un nuevo ciclo de transformaciones en nuestra vida interior, que puede ser llamado la espiritualización del alma y del cuerpo».
de pág. 144 en «El arte de la oración» de Teófano, el recluso.
Hoy un audio y dos enlaces:
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Discernir para decidir (Del blog de Sergio)
amén, y acoger obstáculos y pérdidas en la presencia y acción salvadora del que todo lo puede
Bien dicho hermano. Cristo te cuide.