La paz del corazón
Apenas un rato había pasado desde el amanecer. La claridad era todavía algo difusa pero permitía ya apreciar los colores del campo y los matices en la ropa de los caminantes. En general había silencio y los pasos sobre las piedras no desentonaban con el clima de recogimiento. Respirar hondo y alimentarse del aire fresco era un resguardo para después, para el momento en que el sol inflamara el cuerpo con su ardor.
Hacía ya dos días que había contratado un servicio que me llevaba la mochila hasta la próxima etapa. Pretendía con ello aliviar los pies, bastante dañados ya por las bravuconadas de los primeros días. «Si quieres llegar a Santiago es la opción que tienes o tendrás que parar y descansar dos o tres días», había dicho la mente buscando justificación para su alicaído orgullo».
Estaba por adelantarme a un peregrino que, al advertir de reojo mi presencia saludó diciendo: «¡Buen camino! Le respondí afablemente, pero él de pronto se disculpó y dijo, «Ah, perdón, creí que eras un peregrino». Lo soy, le dije… ¿Sin mochila..? preguntó y apuró el paso montado en su sarcasmo. Me quedé cavilando. Era lo que faltaba para confirmar mi poca autenticidad como peregrino.
¿Será la mochila lo que define a un peregrino? ¿Será el propósito interno? ¿Será la conciencia de ser extranjero en tierra extraña o tal vez el caminar hacia un sitio sagrado? En fin, ahí se quedó la mente trazando curvas y rectas en su laberinto de pensamientos, buscando etiquetarlo todo con formas y nombres. Nosotros en tanto, nos dejábamos mecer como niño pequeño por la oración de Jesús y la última brisa fresca de la mañana…
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Aquí abajo la última clase del curso de mística cristiana:
Aquí la homilía del domingo 14 de agosto
La imagen de portada es de «La mochila roja»
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He hecho 2 veces el camino.Una vez entero y otra medio. De ambas aprendí mucho. Siempre soñé en que habría un tercero. Pero la edad me ha puesto el freno. Pero me ha enseñado que no es necesario ir hasta allí. Nuestro camino surge cada mañana cuando ponemos el pie en el suelo al empezar el nuevo día. Y habrá días con mochila y días sin mochila…. y esto dependerá de lo cerca que estemos del Señor en cada momento. Pero cada día es un nuevo camino…. Adelante!
«Nuestro camino surge cada mañana…» claro que sí Pepa! Un fuerte abrazo amiga!
La mochila no parece lo importante, sino caminar el Camino.
Hace siglos, una pequeña bolsa al hombro, la calabaza para el agua, el sombrero y el bordón bastaban para ser peregrino.
Llegaban algunos peregrinos desnudos a Santiago, después de haber sido asaltados en el Camino, otros incluso moribundos, ni siquiera cargaban ya con aliento de vida. La Catedral asumía entonces la responsabilidad material de vestirles, darles alojamiento y comida, y a los moribundos enterrarles tras su muerte.
Tampoco parece importante el interés inicial detrás de ese caminar, pues antiguamente también había quienes buscaban salir de la rutina, descansar de los trabajos o conocer novedades de otras tierras. Variopintas intenciones a las que caminar el Camino parece siempre dar una respuesta y transfigurar secretamente.
Ultreia, Mario!
«Ya sale La Peregrina
con sombrero y con bastón.
Que, siendo toda una Reina, parece una campesina.»
Que lindo escrito que has compartido hermana/o. Quedamos agradecidos invocando El Santo Nombre de Jesús.
La «mochila» ya estaba cargada… ya de por sí significaba en sí misma bastante elemento de sobra por su peso… esa mochila es la mente con la cual cargamos un sin número de pensamientos, preocupaciones, temores, cavilaciones, donde habita nuestro propio ego … aunque esa mochila sea invisible a los ojos que son sensibles a lo externo…
El hombre solo juzga las apariencias, pero solo Dios mira el corazón. (1Samuel 16, 7).
Al repetir la oración de Jesús esa carga (la mochila de nuestra mente) se hace más liviana…
Un abrazo Mario, Buen Camino!!
Gracias Mónica! Un poco demoramos al responder los comentarios, pero ahí vamos. Gracias por todo tu aporte a la Fraternidad!. Cristo te cuide.
Buenos dìas . Apenas leìa el texto e iba resignificàndolo para mì. Tiene una profundidad enorme. Claro, la mochila con todo lo que conlleva, es como dar la carga de tu vda a otro,desapropiàndonos de nuestra propia existencia.
Disculpame , eso lo comprendì para mì. Cruz, mochila, carga si lo otorgo a otro el peso.No encuentro el sentido de la gloria.
La autenticidad no pasa por llevar una mochila, por algo exterior, yo creo que pasa por la entrega interior. Quien dice que es autentico y que no lo es? Caminar km durante horas al rayo del sol diciendo la oracion, creo que ese el verdadero proposito. Dios te bendiga.
Gracias por tu compartir hermana/o ! Coincido contigo en lo que dices, que la entrega interior es lo más importante. De todos modos, agradezco a este peregrino que con su modo nos transmite también una enseñanza. Nunca viene mal limar un poco el ego y que nos pongan en nuestro sitio :)) un abrazo en Cristo.
Muy cierto Marito, gracias por compartir tu experiencia. Abrazo y Cristo cuide tus pies🙏🏻.
Hay que aprender a entregar la mochila cuando es necesario para seguir caminando, no se camina para demostrar que se puede cargar con la mochila, es mejor vaciarla a veces especialmente de expectativas ajenas… «mi carga es liviana, mi yugo suave»…
Que bueno tu punto de vista Amelia! gracias por compartirlo. Te mando un fuerte abrazo invocando el Santo Nombre de Jesús.
El peregrino no sabe que en tu alma llevas todas nuestras mochilas… bueno mejor dicho, el Señor ,mediante tu alma lleva todas nuestras mochilas😔
Hola María José! Dios lleva todas las cargas, nos hace falta darnos cuenta de ello. En lo íntimo sé que si tuviéramos más fe, no habría mochila que no pudiera llevarse. Pero ahí vamos todos, aprendiendo cada día por las buenas o a los golpes. Un abrazo fraterno!
Quién define a un auténtico y a un falso peregrino?
Vamos a dejar el juicio al PEREGRINO que nos acompaña en todos los caminos y que es el único que sabe lo que hay en el fondo de cada corazón y en cualquier peregrinaje. Él, que peregrina siempre hacia nosotros y nos muestra su Camino y su Verdad, nos dé su mano amiga para caminar como podamos. Fijos los ojos en ÉL.
¡Buen camino sin mochila, peregrino!
Gracias Sole! Lindo lo que has escrito. Que nos dé su mano amiga y mantener los ojos fijos en Él… ahí está el punto. Muchas gracias y un abrazo.
Cierto, la mochila no define.
Define el espíritu y el corazon
Puedes llevar mochilas enormes y corazones vacío.
Vaya,,, me ha gustado mucho eso de las mochilas enormes y el corazón vacío. Que Dios nos llene siempre el corazón de su amor y misericordia. Un abrazo Garri.
Hola
pues la verdad es que yo que he hecho muchas veces el Camino de Santiago en distintas etapas y formas parece que hay una distinción entre aquellos que hacen el camino por turismo que normalmente no llevan mochilas y que muchas veces lo hacen a través de una agencia de viajes que les recogen autobús andan tres o cuatro km les vuelven a llevar al siguiente sitio y de alguna forma pues están en el camino pero no son peregrinos, por eso te habrán tomado por uno de los turistas de este estilo.
es verdad que también es un poco orgullo y prepotencia por parte del peregrino «auténtico» pero desgraciadamente el Camino de Santiago se ha vuelto una especie de atracción turística en la que sobre todo en este mes de agosto y tú lo estarás viendo hay centenares y centenares de peregrinos y cuando te vayas acercando a Santiago y te queden 120 km va a ser como si fueras por alguna avenida de Buenos Aires o de Madrid entonces es lo que hay.
buen camino amigo
Hola Chemi! No me imaginé que pudiera ser tan nutrido como dices en las etapas finales. Será curioso de ver y una nueva experiencia sin duda. Creo que los puntos de vista son muy diversos, abriendo el corazón algo aprendemos de todos. A ver que experiencia nos deja este caminar tan diverso. Un fuerte abrazo.
Los pies lastimados, ampollas reventadas, caminando despacio, llegando de última
al propio ritmo.
Cada uno sabe su verdad.
«Cada uno sabe su verdad…» Es conmovedor para nosotros eso que has dicho. ¡Cuántas verdades interiores que permanecen ajenas a las miradas externas que ponemos sobre los demás! El Señor nos enseñe a mirar detrás de lo aparente. Un abrazo en Cristo.
La mochila no define…
El cireneo ayudó a Jesús
Hola Patricia! Es un gusto saber de ti. Un abrazo grande.