Desde hace más de dos décadas he leído los dos libros uno compañero inseparable del otro, El Peregrino Ruso y La Filocalia. El primero varias veces, lo que me llevó a conocer y sentir la gracia de repetir El Santo Nombre de nuestro Señor, por gracia descubrí este blog y estas clases maravillosas que me han permitido entender estos escritos, que transforman, purifican y enriquecen el alma, sobre todo, nos hacen tomar conciencia en casa paso de nuestro peregrinaje. ¡Gracias del alma!
Buenos días. Voy escuchando en la medida de mis posibilidades, y como ven es con mucho retraso. Agradezco, una vez más todo lo que trabajan por ir clarificando ideas y así poder vivir la vida cristiana con mayor autenticidad.
No sé si es que no me he percatado, pero no he escuchado la cita de Lc. 16,13 en donde se nos dice que “no se puede servir a Dios y al dinero”. ¿Añadirían estas palabras de Jesús algo a lo ya dicho?
Un saludo en Cristo resucitado
PD.- Aprovecho para mandar el enlace comentado ayer sobre los vídeos. Se titulan Los pasos del silencio. Son 20 vídeos.
[youtube=https://www.youtube.com/watch?v=videoseries&w=640&h=360]
Hola hermana. Las citas bíblicas se adjuntan en texto aparte o vienen ya incorporadas en el texto transcrito de Filocalía. Gracias por los vídeos los incluiremos pronto.
Las clases de Filocalía para mi han sido sorprendentes, pero al mismo tiempo dolorosas.
Sorprendentes, porque he estado en la ignorancia de tener tan cerca la Gracia de la presencia de Dios,
Dolorosa porque al estar al pendiente de mi misma, salen a relucir pecados y actitudes que en verdad duelen, El último el poner la seguridad en el dinero y que dolor ver que este, se convierte en mi Dios,
El día de hoy, me enfrenté a una batalla interior de 25 minutos en la cual, me di cuenta de mi soberbia y deseo de controlar a otros, recurro a la oración de Jesús y ¡oh! Sorpresa pretende mi interior que la oración de resultado de inmediato, o sea que también pretendo que los resultados se noten al instante en que menciono, la oración, seguí luchando y no abandone el campo de batalla interior, pero me costo mucho trabajo.
Me da pena compartir esto, pero es mi cruda realidad.
Le agradezco mucho su compartir hermana. Bien describe lo que nos pasa a todos. Mientras más nos atendemos más caemos en cuenta de nuestra miseria y nuestra impaciencia nos quiere santos al instante (Sonrío).
Pero va por el buen camino hermana, ese darse cuenta y la oración interior es todo lo que se necesita para que la gracia fluya más y mejor en nuestro corazón. ¿Por qué? porque al ser conscientes de nuestras pequeñeces y tonterías nos ablandamos a la acción del Espíritu y al orar, traemos la presencia divina ante nosotros.
Persista Laura, no decaiga. Los frutos no son inmediatos pero tampoco pasa mucho para que notemos mayor paz y tranquilidad en nuestra vida.
Luego de escuchar la clase me vino a la mente la siguiente lectura
(Mr 7:14-23) “Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre….”
El dinero está ahí fuera es nuestra disposición a ponerlo por delante De Dios lo que nos aleja de El
Casiano da en la diana, pues conocemos muy bien ese funcionamiento del deseo desde la experiencia de sentirnos separados de Dios, como descentramiento de Él y centramiento en nuestro yo, buscando sin cesar estímulos y motivaciones que lo mantengan distraído y contentado en la fabricación de ídolos.
También de acuerdo con la insaciabilidad del deseo, como beber agua salada… por más que lo satisfagamos, más sed nos dará.
Me resuenan del todo ese silencio de Dios -como aparente ausencia- y a la vez ese silencio del mundo -como cierto desapego- que comenta M.Jesús. Y en esa añoranza de plenitud, nuestro pequeño yo es cuando se afana por extraviarnos de nuevo.
También esa Presencia del Señor, nos puede dejar del todo contentados, pues su Amor borra todo otro deseo. El anhelo de Dios es para mi como una Llamada no sólo a buscarle o encontrarle, sino a ser encontrados por Él, desde el abandono, la humildad, la pobreza de espíritu y la confianza.
Muchas veces ese no hacer -de nuestro falso yo- nos permite ser -ser en Él- en el sentido que le permitimos se muestre en nosotros, como si le hiciéramos espacio o sitio.
De ahí que la Oración de Jesús y Contemplación del silencio nos dispone a abrirnos a Su presencia.
Plena gratitud hermanos.
Me ha parecido muy interesante todo, práctico y profundo. El tema del deseo de Dios me parece muy importante, porque cuanto más se bebe del agua de Dios por decirlo de alguna manera más sed y deseo se tiene de Dios, pero a la vez los placeres humanos ya no satisfacen tanto. Se queda uno en un desierto muy doloroso, ¿qué pensáis acerca de esto?
Hola María Jesús.Pareciera que el deseo de Dios, cuando intenso, nos acerca a la percepción de su Presencia. Pero esto tiene su vaivén y oscilación, debido a nuestras fuertes tendencias a satisfacer ese deseo mediante los sentidos físicos. Y hay veces, que no nos sentimos ante la divina presencia y tampoco nos entusiasman ya las cosas que antes nos atraían. Bien dices creo, que es como un desierto. Ese desierto que nos parece ausencia de Dios y a la vez ausencia del «mundo», es portador de un extraño silencio. Allí, el dolor de no sentir a Dios se funde con un tremendo deseo de Él. Es como si uno tuviera en una mano la propia miseria de la separación y en la otra la gran riqueza de nuestro amor por Él. ¿Que nos queda? En esa hermosa noche silenciosa, juntar las manos y abrazarlo todo.
Hermoso tema, gracias por compartirlo hermana. Cristo nos cuida.
Cuando nacemos, no percibimos separación alguna. De hecho hay estudios en los cuales apuntan a que el bebe se percibe, con su madre y el entorno en una unidad.
Con el paso de los meses empezamos a percibir dualidad…separación.
Me lleva esto a pensar en la frase que se menciona “El placer es el sustituto de Dios”. Por lo tanto esa carencia nos induce al miedo y éste, a retener dinero, poder, etc…
Por lo tanto, cada día, cada instante, tener necesitad de habitar en Dios es un paso a volver a nacer de nuevo. Buscarlo y ofrecerle todo lo que somos, nos conducirá ciertamente a un reflejo de su divinidad en nosotros.
Paz y Bien.
Pues sí Encarna, coincido con tus palabras. Particularmente me llega mucho el «ofrecerle todo lo que somos», miseria y riqueza, temor y esperanzas. Entregarnos sin ningún maquillaje ante Él en la oración. Un abrazo fraterno en Cristo.
Que interesante. El hecho de que con el dinero se pueda comprar todo, nos hace especialmente vulnerables ante él. De ahí a identificarlo con Dios hay un paso.
Pues sí José, es muy sorprendente caer en cuenta que el dinero es la «llave maestra» hoy en día, que abre puertas en cualquier latitud, cultura o religión. Además, esta idolatría pasa desapercibida como tal, debido a su utilidad práctica inherente. ¿Quién discute hoy el papel del dinero como mecanismo de transacción universal? Pues bien en esas estamos. Manejarnos según lo necesario y evitar lo superfluo parece ser en principio el modo de lidiar con él sin esclavizarnos. Un saludo fraterno en Cristo Jesús.
Desde hace más de dos décadas he leído los dos libros uno compañero inseparable del otro, El Peregrino Ruso y La Filocalia. El primero varias veces, lo que me llevó a conocer y sentir la gracia de repetir El Santo Nombre de nuestro Señor, por gracia descubrí este blog y estas clases maravillosas que me han permitido entender estos escritos, que transforman, purifican y enriquecen el alma, sobre todo, nos hacen tomar conciencia en casa paso de nuestro peregrinaje. ¡Gracias del alma!
Buenos días. Voy escuchando en la medida de mis posibilidades, y como ven es con mucho retraso. Agradezco, una vez más todo lo que trabajan por ir clarificando ideas y así poder vivir la vida cristiana con mayor autenticidad.
No sé si es que no me he percatado, pero no he escuchado la cita de Lc. 16,13 en donde se nos dice que “no se puede servir a Dios y al dinero”. ¿Añadirían estas palabras de Jesús algo a lo ya dicho?
Un saludo en Cristo resucitado
PD.- Aprovecho para mandar el enlace comentado ayer sobre los vídeos. Se titulan Los pasos del silencio. Son 20 vídeos.
[youtube=https://www.youtube.com/watch?v=videoseries&w=640&h=360]
Hola hermana. Las citas bíblicas se adjuntan en texto aparte o vienen ya incorporadas en el texto transcrito de Filocalía. Gracias por los vídeos los incluiremos pronto.
No puedo ver donde bajar la Carta de Casiano. Podrian decirmelo. Gracias y buen día
Hola Ignacio. El enlace al tema del amor por el dinero es este: https://elsantonombre.org/de-casiano-el-romano/
Gracias
Estimados hermanos en Cristo Jesús
Las clases de Filocalía para mi han sido sorprendentes, pero al mismo tiempo dolorosas.
Sorprendentes, porque he estado en la ignorancia de tener tan cerca la Gracia de la presencia de Dios,
Dolorosa porque al estar al pendiente de mi misma, salen a relucir pecados y actitudes que en verdad duelen, El último el poner la seguridad en el dinero y que dolor ver que este, se convierte en mi Dios,
El día de hoy, me enfrenté a una batalla interior de 25 minutos en la cual, me di cuenta de mi soberbia y deseo de controlar a otros, recurro a la oración de Jesús y ¡oh! Sorpresa pretende mi interior que la oración de resultado de inmediato, o sea que también pretendo que los resultados se noten al instante en que menciono, la oración, seguí luchando y no abandone el campo de batalla interior, pero me costo mucho trabajo.
Me da pena compartir esto, pero es mi cruda realidad.
No se si esto es normal, pero lo quise comentar.
Un saludo invocando el nombre poderoso de Jesús
LAURA
Estimada Laura, saludos en Cristo.
Le agradezco mucho su compartir hermana. Bien describe lo que nos pasa a todos. Mientras más nos atendemos más caemos en cuenta de nuestra miseria y nuestra impaciencia nos quiere santos al instante (Sonrío).
Pero va por el buen camino hermana, ese darse cuenta y la oración interior es todo lo que se necesita para que la gracia fluya más y mejor en nuestro corazón. ¿Por qué? porque al ser conscientes de nuestras pequeñeces y tonterías nos ablandamos a la acción del Espíritu y al orar, traemos la presencia divina ante nosotros.
Persista Laura, no decaiga. Los frutos no son inmediatos pero tampoco pasa mucho para que notemos mayor paz y tranquilidad en nuestra vida.
Saludos fraternos invocando a Cristo.
Luego de escuchar la clase me vino a la mente la siguiente lectura
(Mr 7:14-23) “Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre….”
El dinero está ahí fuera es nuestra disposición a ponerlo por delante De Dios lo que nos aleja de El
Buen día para todos
Casiano da en la diana, pues conocemos muy bien ese funcionamiento del deseo desde la experiencia de sentirnos separados de Dios, como descentramiento de Él y centramiento en nuestro yo, buscando sin cesar estímulos y motivaciones que lo mantengan distraído y contentado en la fabricación de ídolos.
También de acuerdo con la insaciabilidad del deseo, como beber agua salada… por más que lo satisfagamos, más sed nos dará.
Me resuenan del todo ese silencio de Dios -como aparente ausencia- y a la vez ese silencio del mundo -como cierto desapego- que comenta M.Jesús. Y en esa añoranza de plenitud, nuestro pequeño yo es cuando se afana por extraviarnos de nuevo.
También esa Presencia del Señor, nos puede dejar del todo contentados, pues su Amor borra todo otro deseo. El anhelo de Dios es para mi como una Llamada no sólo a buscarle o encontrarle, sino a ser encontrados por Él, desde el abandono, la humildad, la pobreza de espíritu y la confianza.
Muchas veces ese no hacer -de nuestro falso yo- nos permite ser -ser en Él- en el sentido que le permitimos se muestre en nosotros, como si le hiciéramos espacio o sitio.
De ahí que la Oración de Jesús y Contemplación del silencio nos dispone a abrirnos a Su presencia.
Plena gratitud hermanos.
Me ha parecido muy interesante todo, práctico y profundo. El tema del deseo de Dios me parece muy importante, porque cuanto más se bebe del agua de Dios por decirlo de alguna manera más sed y deseo se tiene de Dios, pero a la vez los placeres humanos ya no satisfacen tanto. Se queda uno en un desierto muy doloroso, ¿qué pensáis acerca de esto?
Hola María Jesús.Pareciera que el deseo de Dios, cuando intenso, nos acerca a la percepción de su Presencia. Pero esto tiene su vaivén y oscilación, debido a nuestras fuertes tendencias a satisfacer ese deseo mediante los sentidos físicos. Y hay veces, que no nos sentimos ante la divina presencia y tampoco nos entusiasman ya las cosas que antes nos atraían. Bien dices creo, que es como un desierto. Ese desierto que nos parece ausencia de Dios y a la vez ausencia del «mundo», es portador de un extraño silencio. Allí, el dolor de no sentir a Dios se funde con un tremendo deseo de Él. Es como si uno tuviera en una mano la propia miseria de la separación y en la otra la gran riqueza de nuestro amor por Él. ¿Que nos queda? En esa hermosa noche silenciosa, juntar las manos y abrazarlo todo.
Hermoso tema, gracias por compartirlo hermana. Cristo nos cuida.
Cuando nacemos, no percibimos separación alguna. De hecho hay estudios en los cuales apuntan a que el bebe se percibe, con su madre y el entorno en una unidad.
Con el paso de los meses empezamos a percibir dualidad…separación.
Me lleva esto a pensar en la frase que se menciona “El placer es el sustituto de Dios”. Por lo tanto esa carencia nos induce al miedo y éste, a retener dinero, poder, etc…
Por lo tanto, cada día, cada instante, tener necesitad de habitar en Dios es un paso a volver a nacer de nuevo. Buscarlo y ofrecerle todo lo que somos, nos conducirá ciertamente a un reflejo de su divinidad en nosotros.
Paz y Bien.
Pues sí Encarna, coincido con tus palabras. Particularmente me llega mucho el «ofrecerle todo lo que somos», miseria y riqueza, temor y esperanzas. Entregarnos sin ningún maquillaje ante Él en la oración. Un abrazo fraterno en Cristo.
Que interesante. El hecho de que con el dinero se pueda comprar todo, nos hace especialmente vulnerables ante él. De ahí a identificarlo con Dios hay un paso.
Pues sí José, es muy sorprendente caer en cuenta que el dinero es la «llave maestra» hoy en día, que abre puertas en cualquier latitud, cultura o religión. Además, esta idolatría pasa desapercibida como tal, debido a su utilidad práctica inherente. ¿Quién discute hoy el papel del dinero como mecanismo de transacción universal? Pues bien en esas estamos. Manejarnos según lo necesario y evitar lo superfluo parece ser en principio el modo de lidiar con él sin esclavizarnos. Un saludo fraterno en Cristo Jesús.