Casiano, El Romano

Nuestro santo padre Casiano el Romano vivió bajo el reinado de
Teodosio el Pequeño, alrededor del año 331. Hemos puesto en el
presente volumen, de entre todos los discursos fruto de sus fatigas,
aquel relativo a los ocho pensamientos y los que nos hablan del
discernimiento, ya que de ellos emana abundante provecho y gracia. A
ellos se remite también el sapientísimo Focio, citando literalmente el
código 197, páginas 265-66. «También el segundo discurso está dirigido
al mismo (es decir a Castor), y lleva como título ‘Discurso a
propósito de los ocho pensamientos’, girando alrededor de temas
relativos a las pasiones de la gula, de la fornicación, del amor al
dinero, de la ira, de la tristeza, de la pereza, de la vanagloria y de
la soberbia. Estos tratados son utilísimos a aquellos que están
dispuestos a participar en la batalla ascética… Y además de éstos,
fue leído un tercer pequeño discurso… en el cual se nos enseña lo
que significa el discernimiento, de cómo esta virtud es la más grande
de todas, dónde es generada, Y cómo, habitualmente, nos llega desde lo
más alto, etc…»
La Iglesia recuerda a este santo el día 29 de febrero, y lo celebra
con testimonios de honor y alabanzas.
Nacido en el año 360 en la ciudad de Dobrudja, en la desembocadura del
Danubio, según Genadio, De Viris illustribus, PL, 58, LXI, 1094, quien
lo define de nacionalidad escita. De familia poderosa, terminó siendo
aún muy joven sus estudios clásicos. Junto con su amigo Germán, al
cual se sentía muy unido, se embarcó en un viaje hacia Oriente,
interesándose sobre todo en el testimonio cristiano que daban los
monjes que poblaban esos lugares.
Se detuvo en Palestina por unos dos años, en un monasterio de Belén.
No consta, sin embargo, que haya conocido personalmente a Gerólamo.
Aparentemente, lo conoció y lo estimó sólo por sus escritos. Después
de dos años, Casiano y Germán se dirigieron a los desiertos de Egipto,
en particular a Escete y a Nitria. Volvieron ocho años después y
nuevamente partieron por tres años más.
En el 399 se dirigieron a Constantinopla, debiendo huir de Egipto a
causa de su «origenismo.» Casiano fue admirador y partidario de
Orígenes, particularmente en lo que se refiere a su exégesis
escriturística. Mantuvo, sin embargo, una posición equilibrada y evitó
seguirlo en ciertos aspectos más dudosos y menos ortodoxos. En
Constantinopla, Casiano fue ordenado diácono por Juan Crisóstomo, por
el cual conservó siempre una profunda devoción. Luego que Juan
Crisóstomo fuera expulsado, también los dos amigos se tuvieron que ir,
y se dirigieron a Roma, al papa Inocencio I, para solicitar su ayuda
en favor del obispo perseguido. Desde ese momento se pierde el rastro
de Germán, a quien suponemos muerto en Roma.
Con toda probabilidad, Casiano fue ordenado presbítero en Roma. De
allí se dirigió a Marsella, en el año 415, donde fundó el monasterio
de san Víctor y un monasterio femenino, Murió alrededor del año 435.
Por medio de sus dos grandes obras, Instituciones cenobíticas y
Colaciones espirituales, Casiano transmitió a Occidente un
conocimiento bastante exacto a propósito de la institución monástica
en Oriente y Occidente.
Durante el tiempo transcurrido en Marsella, Casiano intervino en las
disputas doctrinales relativas a la gracia y, poco dotado para este
tipo de cosas, incurrió en formulaciones erróneas o imprecisas, de
carácter semipelagiano. Sin embargo, aun en este delicado tema, su
santidad y su tendencia hacia la dulzura y la sumisión, no fueron
menos evidentes. Casiano, no bien advirtió su error, se retiró y
calló..
De las Instituciones y de las Colaciones de Casiano, existen varias
traducciones en distintos idiomas. En cuanto a las Instituciones, se
puede ver la edición italiana a cargo de P. M. Ernetti, Padva, 1957;
la traducción francesa con el texto latino se encuentra en la
colección Sources Chrétiennes 109. Las Conferencias, en la edición
italiana a cargo de O. Lari, De. Paulinas, 1965; la traducción
francesa con texto latino está en Sources Chrétiennes 42-54-64.