La paz del corazón
Respecto de tu pregunta en relación a la frase de la oración de Jesús:
La extensión de la frase no es lo importante, aunque se aconseja mas bien una corta que una larga.Tampoco resultan decisivas las palabras que la compongan, en tanto se incluya en ella el Nombre de Jesús. Importa sí, mucho, que la misma sea entrañable. Que la frase pronunciada tenga significado para quién la repite y que, de algún modo, dicho significado vaya arraigando en el cuerpo y la mente del practicante.
En otros términos: La frase ha de serte querida.
La frase puede variar, al cambiar el momento espiritual de quién la dice, o podrá no modificarse nunca, durante toda la vida.La identificación del ánimo con lo dicho, se dará progresivamente, facilitada por una necesaria apertura del corazón que se hará imprescindible, si esta forma de oración deja de ser un intento más del buscador, para convertirse en su camino espiritual.
Esta vía que tiene a Jesucristo por centro, modelo y guía del alma, requiere una simplicidad creciente; un ir dejando lo superfluo para sumergirse en la paz del corazón, paz que resulta acrecentada en la medida de la confianza que se deposita en la presencia de aquél que se nombra.
El camino de la oración de Jesús, implica permitir que la presencia del Cristo inunde el fondo del alma, para lo cual es importante despejarla, sin prisa pero sin pausa, de los deseos que se oponen a esta mansedumbre. El caminante del Nombre, va haciéndose consciente de que la pacificación duradera del corazón no depende de esta o aquella situación, sino de una actitud del alma.
Diría que esa actitud es una apertura confiada en la sagrada presencia de Jesús en medio de la vida cotidiana.
Uno empieza a percibir los signos de lo divino en todo y si esta sacralidad deja de percibirse, uno la invoca mediante la repetición del Nombre.
Te mando un abrazo fraterno invocando el Santo Nombre de Jesús.
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