La paz del corazón
by Gabriel de Santa Maria en 22 octubre, 2011
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1. Plan divino de nuestra predestinación adoptiva en Jesucristo Importancia para la vida espiritual del conocimiento del plan divino 1. Idea general de este plan: la santidad a que Dios nos llama por la adopción sobrenatural es una participación el la vida revelada por Jesucristo – 2. Dios quiere hacernos partícipes de su propia vida para hacernos santos y colmarnos de felicidad: en qué consiste la «santidad de Dios» – 3. La santidad en la Trinidad: plenitud de la vida a que Dios nos destina –4. Realización de este decreto por la adopción divina mediante la gracia: carácter sobrenatural de la vida espiritual – 5. El plan divino desvaratado por el pecado, restablecido por la Encarnación – 6. Universalidad de la adopción divina: amor inefable que manifiesta – 7. Fin primordial del plan de Dios: la gloria de Jesucristo y de su Padre en la unidad del Espíritu Santo
2. Jesucristo, modelo único de toda perfección. Causa exemplaris Fecundidad y aspectos diversos del misterio de Cristo – 1. Necesidad de conocer a Dios, para unirse a El: Dios se revela a nosotros en su Hijo Jesús: «Quien le ve, ve a su Padre» –2. Cristo, nuestro modelo en su persona: Dios perfecto; Hombre perfecto; la gracia, signo fundamental de semejanza con Cristo, considerado en su condición de Hijo de Dios – 3. Cristo nuestro modelo en sus obras y virtudes – 4. Nuestra imitación de Cristo se realiza: a) por la gracia b) por esa disposición fundamental de dirigirlo todo a la gloria de su Padre. «Christianus alter Christus»
3. Jesucristo, autor de nuestra redención y tesoro infinito de gracias para nosotros. Causa satisfactoria y meritoriaCristo, por sus satisfacciones, nos merece la gracia de la filiación divina – 1. Imposibilidad para el linaje humano, descendiente de Adán pecador, de reconquistar la herencia eterna; sólo un Dios hecho hombre puede dar una satisfacción plena y suficiente – 2. Jesús salvador; valor infinito de todos los actos del Verbo Encarnado. Sin embargo de ello, de hecho, la Redención no se opera sino por el Sacrificio de la Cruz – 3. Cristo merece, no sólamente para sí, sino para nosotros. Este mérito tiene su fundamento en la gracia de Cristo, constituído Cabeza del género humano; en la libertad soberana y el amor inefable con que Cristo arrostró su Pasión por todos los hombres – 4. Eficacia infinita de las satisfacciones y de los méritos de Cristo; confianza ilimitada que de ellos dimana – 5. Ahora, Cristo sin cesar aboga junto al Padre en favor nuestro. Cómo glorificamos a Dios al hacer valer nuestros derechos a las satisfacciones de su Hijo
4. Jesucristo, causa eficiente de toda gracia. Causa efficiens 1. Durante la existencia terrena de Jesucristo, su humanidad era, como instrumento del Verbo, fuente de gracia y de vida – 2. Cómo obra Cristo después de Ascensión. Medios oficiales: los sacramentos producen la gracia por sí mismos, pero en virtud de los méritos de Cristo – 3. Universalidad de los sacramentos; se extienden a toda nuestra vida sobrenatural; confianza ilimitada que debemos tener en estas fuentes auténticas – 4. Poder de santificación de la humanidad de Jesús fuera de los sacramentos, por el contacto espiritual de la fe. Importancia capital de esta verdad
5. La Iglesia, cuerpo místico de Jesucristo El misterio de la Iglesia, inseparable del misterio de Cristo. Los dos no forman más que uno – 1. La Iglesia, sociedad fundada sobre los apóstoles: depositaria de la doctrina y de la autoridad de Jesús, dispensadora de los sacramentos, continuadora de su obra de religión. No se va a Cristo sino por la Iglesia – 2. Verdad que pone de relieve el carácter particular de la visibilidad de la Iglesia: Dios quiere gobernarnos por los hombres: importancia de esta economía sobrenatural, resultante de la Encarnación. Por ella se glorifica a Jesús y se ejercita nuestra fe.- Nuestros deberes con la Iglesia – 3. La Iglesia, cuerpo místico; Cristo es la cabeza, porque tiene toda primacía. Profundidad de esta unión; formamos parte de Cristo, todos una cosa en Cristo. Permanecer unidos a Jesús y entre nosotros mismos por la caridad
6. El Espíritu Santo, espíritu de Jesús La doctrina sobre el Espíritu Santo completa la explicación del plan divino: importancia capital de este asunto – 1. El Espíritu Santo en la Trinidad: procede del Padre y del Hijo por amor, se le atribuye la santificación, porque ésta es obra de amor, de perfeccionamiento y de unión – 2. Operaciones del Espíritu Santo en Cristo: Jesús es concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; gracia santificante, virtudes y dones conferidos por el Espíritu Santo al alma de Cristo; la actividad humana de Cristo dirigida por el Espíritu Santo – 3. Operaciones del Espíritu Santo en la Iglesia; el Espíritu Santo, alma de la Iglesia – 4. Acción del Espíritu Santo en las almas donde mora – 5. Doctrina de los dones del Espíritu Santo – 6. Nuestra devoción al Espíritu Santo: invocarle y ser fieles a sus inspiraciones
Fundamento y doble aspecto de la vida cristiana
1. La fe en Jesucristo, fundamento de la vida cristiana La fe, primera disposición del alma, y cimiento de la vida sobrenatural – 1. Cristo exige la fe como condición previa de la unión con él – 2. Naturaleza de la fe: asentimiento al testimonio de Dios proclamando que Jesús es su Hijo – 3. La fe en la divinidad de Jesucristo es el fundamento de nuestra vida interior; el Cristianismo es la aceptación de la divinidad de Cristo en la Encarnación – 4. Ejercicio de la virtud de la fe; fecundidad de la vida interior basada en la fe – 5. Por qué debemos tener fe viva, sobre todo en el valor infinito de los méritos de Cristo. Cómo la fe es fuente de gozo
2. El Bautismo, sacramento de adopción y de iniciación, muerte y vida El Bautismo, primero de todos los Sacramentos –1. Sacramento de adopción divina – 2. Sacramento de iniciación cristiana; simbolismo y gracia del Bautismo explicados por San Pablo – 3. Cómo la existencia de Cristo encierra el doble aspecto de «muerte» y de «vida», que reproduce en nosotros el Bautismo – 4. Toda la vida cristiana no es más que el desarrollo práctico de la doble gracia inicial conferida en el Bautismo; «muerte al pecado» y «vida para Dios». Sentimientos que debe despertar en nosotros el recuerdo del Bautismo: gratitud, alegría y confianza
3. Delicta quis intelligit? La muerte para el pecado, fruto primero de la gracia bautismal, primer aspecto de la vida cristiana – 1. El pecado mortal, desprecio en la práctica de los derechos y perfecciones de Dios; causa de los padecimientos de Cristo – 2. El pecado mortal destruye la gracia, principio de la vida sobrenatural – 3. Expone el alma a la privación eterna de Dios –4. Peligro de las faltas veniales – 5. Vencer la tentación con la vigilancia, la oración y la confianza en Jesucristo
4. El sacramento y la virtud de la penitencia 1. Cómo, por el perdón de los pecados, manifiesta Dios su misericordia – 2. El sacramento de la penitencia; sus elementos: la contrición, su particular eficacia en el sacramento; la declaración de los pecados constituye un homenaje a la humanidad de Cristo; la satisfacción no tiene valor si no es unida a la expiación de Jesús – 3. La virtud de la penitencia es necesaria para mantener en nosotros los frutos del sacramento; naturaleza de esta virtud – 4. Su objeto: restablecer el orden y hacernos semejantes a Jesús crucificado. Principio general y diversas aplicaciones de su ejercicio – 5. Cómo en Cristo hallamos consuelo y cómo unidos a los suyos adquieren valor nuestros actos de renunciación – 6. Conforme al espíritu de la Iglesia es preciso contectar los actos de la virtud de la penitencia con el sacramento
5. La verdad en la caridad El Cristianismo, religión de vida – 1. Carácter fundamental de nuestras obras: la verdad; obras conformes a nuestra naturaleza de seres racionales: armonía de la gracia y de la naturaleza en conformidad con nuestra individualidad y especialización – 2. Realizar nuestras obras en la caridad, en estado de gracia; necesidad y fecundidad de la gracia para la vida sobrenatural – 3. Maravillosa variedad de los frutos de la gracia en las almas; la raíz de que procede es sin embargo para todos la misma
6. Nuestro progreso sobrenatural en Jesucristo La vida sobrenatural está sujeta a una ley de progreso – 1. Aparte de los sacramentos, la vida sobrenatural se perfecciona con el ejercicio de las virtudes – 2. Las virtudes teologales. Naturaleza de esas virtudes; son características de la cualidad de hijo de Dios – 3. Por qué debe ser dada la preeminencia a la caridad – 4. Necesidad de las virtudes morales adquiridad e infusas – 5. Las virtudes morales salvaguardan la caridad, la cual a su vez las preside y las perfecciona – 6. Aspirar a la caridad perfecta por la pureza de intención – 7. La caridad puede informar todas las acciones humanas; sublimidad y sencillez de la vida cristiana – 8. Fruto de la caridad y de las virtudes que ella rige: hacernos crecer en Cristo, para completar su cuerpo místico – 9. El progreso sobrenatural puede ser continuo hasta la muerte: «donec occurramur omnes… in mensuram ætatis plenitudinis Christi»
7. El sacrificio eucarístico La Eucaristía, fuente de vida divina – 1. La Eucaristía considerada como sacrificio; trascendencia del sacerdocio de Cristo – 2. Naturaleza del sacrificio; cómo los sacrificios antiguos no eran más que figuras; la inmolación del Calvario, única realidad, valor infinito de esta oblación – 3. Se reproduce y renueva por el sacrificio de la Misa – 4. Frutos inagotables del sacrificio del altar; homenaje de perfecta adoración, sacrificio de propiciación plenaria; única acción de gracias digna de Dios; sacrificio de poderosa impetración – 5. Intima participación en la oblación del altar por nuestra unión con Cristo, Pontífice y víctima
8. Panis vitæ La Comunión eucarística es el medio más eficaz para mantener en nosotros la vida sobrenatural – 1. La Comunión es el convite en que Cristo se da como pan de vida – 2. Por la Comunión, Jesucristo mora dentro de nosotros y nosotros dentro de él – 3. Diferencia entre los efectos del sustento corporal y los frutos de la manducación eucarística; cómo Cristo nos transforma en El; influencia que en el cuerpo ejerce este maravilloso alimento – 4. La preparación es necesaria para asimilarse los frutos de la Comunión – 5. Disposiciones remotas: absoluta donación de uno mismo a Jesucristo: orientar todas nuestras acciones en orden a la Comunión – 6. Disposiciones próximas: fe, confianza y amor; cómo premia el Señor tales disposiciones: la Comunión constituye la más alta participación de la divina filiación de Jesucristo. Diversidad de «fórmulas» y disposiciones interiores en la preparación inmediata – 7. Acción de gracias después de la Comunión: «Mea omnia tua sunt et tua mea»
9. Vox Sponsæ La alabanza divina es parte esencial de la misión santificadora que Cristo confía a la Iglesia – 1. El Verbo Eterno, cántico divino; la Encarnación asocia el género humano a este cántico – 2. La Iglesia encargada de organizar, guiada por el Espíritu Santo, el culto público de su Esposo; empleo que en él se hace de los Salmos; cómo esos cánticos inspirados ensalzan las perfecciones divinas, expresan nuestras necesidades, y nos hablan de Cristo – 3. Gran poder de intercesión de esa alabanza en labios de la Esposa – 4. Cuantiosos frutos de santificación; la oración de la Iglesia, manantial de luz, nos hace participar de los sentimientos del alma de Cristo – 5. También nos hace partícipes de sus misterios: senda segura e infalible para asemejarnos a Jesús – 6. Por qué y cómo la Iglesia honra y celebra a los santos
10. La oración Importancia de la oración: la vida de oración es transformante – 1. Naturaleza de la oración: conversación del hijo de Dios con su Padre celestial bajo la influencia del Espíritu Santo – 2. Dos factores afectarán a los términos de esta conversación: primer factor: la medida de la gracia de Cristo; suma discreción que debe observarse a este propósito; doctrina de los principales maestros de la vida espiritual; el método no es el mismo que la oración – 3. Segundo elemento: estado del alma. Las distintas fases de la vida de perfección caracterizan, de una manera general, los diversos grados de la vida de oración. Trabajo discursivo de los principios – 4. De cuanta importancia sea en la vía iluminativa la contemplación de los misterios de Cristo: el estado de oración – 5. La oración de fe; la oración extraordinaria – 6. Disposiciones indispensables para hacer fructuosa la oración; pureza de corazón, recogimiento del espíritu, abandono, humildad y reverencia – 7. Sólo la unión con Cristo por la fe puede hacer fecunda la vida de oración; alegría que produce en el alma
11. Amaos los unos a los otros1. La caridad fraterna, mandamiento nuevo y signo distintivo de las almas que pertenecen a Cristo. Por qué el amor para con el prójimo es la manifestación del amor para con Dios – 2. Principio de esa economía; extensión de la Encarnación; no hay más que un solo Cristo; no puede nadie separarse del cuerpo místico sin separarse del mismo Cristo – 3. Ejercicios y formas diversas de la caridad; su modelo a de ser la de Cristo, siguiendo las exhortaciones de San Pablo: «ut sint consummati in unum»
12. La Madre del Verbo encarnado Lugar que ocupa la devoción a María en nuestra vida espiritual; el discípulo de Cristo debe, como Jesús, ser hijo de María – 1. Lo que María ha dado a Jesús. Por su «fiat», la Virgen aceptó dar al Verbo una naturaleza humana; es la Madre de Cristo; en virtud de esto, entra esencialmente en el misterio vital del Cristianismo – 2. Lo que Jesús a dado a su Madre. La escogió entre todas las mujeres; la ha amado y obedecido; la ha asociado de una manera muy íntima a sus misterios, principalmente al de la Redención – 4. Fecundidad que reporta al alma la devoción a María. María inseparable de Jesús en el plan divino; su crédito todopoderoso; su gracia de maternidad espiritual. Pidamos a María «que forme a Jesús» en nosotros
13. Coherederos de Cristo La herencia del cielo, término final de nuestra predestinación adoptiva – 1. La bienaventuranza eterna consiste en la visón de Dios cara a cara, en el amor inmutable y en la alegría perfecta – 2. Los cuerpos de los justos han de participar, después de la resurrección, de esa bienaventuranza; gloria de esa resurrección ya realizada en Cristo, cabeza de su cuerpo místico – 3. El grado de nuestra bienaventuranza determinado ya aquí en la tierra según la medida de nuestra gracia; cómo San Pablo exhorta a los fieles a progresar en el ejercicio de la vida sobrenatual «hasta el día de Cristo»