La paz del corazón
Me gustaría dar un espacio más grande a la oración de Jesús haciendo el camino que sea necesario. ¿Como empezar? ¿Como hacer? ¿Como estructurar mi oración en torno a la oración de Jesús?
Estimada Hermana, damos una respuesta posible en base a nuestra experiencia.
Un buen comienzo para adentrarse en la práctica de la oración de Jesús, puede ser utilizar la frase de la misma como “entrada” y “salida” de las otras formas de oración que se ejercitando. No solo en esto, también para iniciar y terminar cualquier actividad.
Así como uno al entrar a su casa pone la llave en la cerradura para abrir la puerta y al salir cierra la puerta con la misma llave, del mismo modo, la invocación del Santo Nombre o la repetición de la frase elegida puede constituirse en “la llave” que nos va abriendo paso a lo largo de las actividades cotidianas.
Esto genera un hábito saludable. Porque se trata no de una repetición autómata sino consciente, en la cual, apelamos a la providencia al iniciar y al terminar algo. Debe ser un escalón hacia el recuerdo de Dios, la memoria Dei de la cual hablaban los monjes antiguos.
Recordar la existencia y la Presencia de Dios, en todo y en todas las cosas nos sitúa en otra perspectiva. Nos permite no quedar tan encandilados frente a los seductores estímulos de una sociedad alienada. Nos da distancia, nos da espacio para ir al centro de nosotros mismos, el corazón.
La oración de Jesús es una llave que abre un espacio de silencio interior que empieza a tornarse habitual y en el cual comienza a desplegarse una misteriosa comunión entre el Creador y la criatura.
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