La Regla Primitiva de los Carmelitas I

Por Gabriel de Santa Maria

La Regla Primitiva de los Carmelitas I

Consta por los testimonios de la Epistola Cyrilli, de un opúsculo anónimo (escrito poco después de 1247) y de las palabras introductorias de la misma regla que, gobernando la Orden S. Brocardo, el Patriarca de Jerusalén, Alberto, dio a los Carmelitas una norma de vida que constituyó su Regla Primitiva. He aquí los testimonios;Epistola Cyrilli: “Estando él (Brocardo) como superior de ellos, le pidieron a Alberto, Patriarca de Jerusalén, con grandes instancias.., que… les diera… una breve legislación para vivir”. “Y dicho Patriarca Alberto, habiendo leído primero su constitución antigua (?), les redactó en latín una regla precisa, que contenía diez preceptos, según los cuales deberían vivir”.Opúsculo anónimo: “Y después a estos Hermanos, en el año del Señor de 1160 (?), Alberto, Patriarca de Jerusalén y legado de la Santa Sede, les dio una regla precisa, para que la observaran, pues que antes no tenían ninguna sino sólo un régimen de vida tradicional”.Regla: 

“Puesto que me pedís una regla adaptada a vuestra vocación, comprometiéndoos a guardarla en lo sucesivo….”

Dos cosas son, pues ciertas:

– que los Carmelitas pidieron a S. Alberto una norma fija de vida de acuerdo con sus deseos.

– que S. Alberto se la dio por escrito.

a) Autor de la Regla. Compuso S. Alberto la Regla o se limitó a aprobar las normas que los mismos ermitaños le propusieron para que les diera valor jurídico? No consta claramente. Si nos atenemos al testimonio de la Ep. Cyrilli hay que afirmar sin más que S. Alberto la compuso (“latino eloquio eis scripsit”). Sin embargo, algunas escritores antiguos (como Baleus) parecen suponer que fue escrita por S. Brocardo, lo que no es inverosímil.

Sea lo que fuere de esto, hay algo indiscutible que fue S. Alberto quien dio la forma legal y la aprobación canónica a la Regla Primitiva de la Orden. 

Fuente: Ocd México