La paz del corazón
Un hermano había caído preso del nerviosismo y la inquietud.
No encontrando en sí los medios para serenarse, acudió a otros que en las cercanías, perseveraban en los trabajos y la oración.
– ¿Qué te perturba hermano?
– Me invade la amargura por los errores cometidos, por las oportunidades desaprovechadas, por todo lo que en mi vida he dejado a medio hacer.
Estas consideraciones repentinas me dejan enojado conmigo y sin fuerzas para hacer.
El futuro se me presenta incierto y pierdo la esperanza de mejorar.
– Tú no eres lo que hiciste o lo que harás, sino el que ahora vive. Intenta actuar lo mejor que puedas ante lo que te reclama el momento.
Busca la respuesta del corazón a la pregunta del instante.
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