La paz del corazón
Queridas amigas y amigos, hermanas/os en Cristo Jesús. En estos días del Adviento que se inicia, si Dios quiere, compartiremos en cada jornada algunas breves reflexiones, que puedan servirnos como apoyo para profundizar en el sentido de este tiempo litúrgico. Iniciamos con el texto de abajo, ya publicado en otra ocasión, pero que creemos puede servir para encontrar una actitud coherente de camino al misterio de la Navidad. ¡Un fuerte abrazo para todos!
¿Qué haces cuando esperas a alguien muy querido? Pues, te preparas para recibirle. Dispones el ámbito, lo dejas limpio y ordenado, incluso lo embelleces; todo lo arreglas para el bienestar de la persona amada. Y también tu mismo te sitúas en una posición especial. Dejas de lado cualquier cuestión que no sea esencial y te centras en recibir al que viene.
Hay todo un pre-disponerse. Y aún en este ejemplo del amor humano surge el deseo de dar y de recibir, se busca la cálida acogida. Uno se abre al momento del encuentro, se comparten las vivencias, se celebra la mutua existencia. Pero que particular caso se da cuando se espera al supremo misterio, el amado de nuestra vida. Por que lo buscamos desde que vinimos al mundo a través de todo lo que hacemos, lo esperamos cada mañana al abrir los ojos y desesperamos de lo que nos parece repetida ausencia…
Haz clic para leer el texto completo: «El momento de la entrega»
1º domingo de Adviento (blog del padre José Antonio)