Aceptar la Cruz

Solo a Dios miro, solo a Dios quiero.

Es necesario que aprendas a alejarte de los pensamientos innecesarios y agitados que surgen del amor propio. No cabe duda de que cuando tus propias reflexiones se hagan a un lado te hallarás en medio del camino recto y estrecho. Experimentarás la libertad y la paz que han de ser para ti como niño de Dios.

Intento seguir el mismo consejo que doy a otros. Sé que debo buscar la paz de igual manera. Normalmente cuando sufres, es la vida de tu propia naturaleza la que te hace daño. Cuando estás muerto no sufres.

Si estuvieras completamente muerto a tu antigua naturaleza dejarías de sentir muchas de las penas que ahora te preocupan.
Soporta los dolores y heridas de tu cuerpo con paciencia. Haz lo mismo con tus aflicciones espirituales (esto es, problemas que te han puesto por el camino y que no puedes controlar
). No agudices la cruz de tu vida volviéndote tan ocupado que no tengas tiempo de sentarte en mansedumbre ante Dios. No te resistas a lo que Dios trae a tu vida. Estate dispuesto a sufrir si eso fuera lo necesario. La actividad desenfrenada y la terquedad sólo conseguirán incrementar tu angustia.

Dios te prepara una cruz que debes abrazar sin pensar en tu propia supervivencia. La cruz duele. Acepta la cruz y hallarás paz aún en medio del tumulto. Deja que te advierta que si empujas la cruz a un lado tus circunstancias serán el doble de difíciles de sobrellevar. A largo plazo, es mucho más duro vivir el dolor de resistir a la cruz que la propia cruz.

Contempla la mano de Dios en las circunstancias de tu vida. ¿Quieres experimentar verdadera felicidad? Sométete en paz y en sencillez a la voluntad de Dios, y carga con tus sufrimientos sin luchas. Nada acorta y alivia tu dolor tanto como el espíritu de nula resistencia a tu Señor.

…  Dios no quiere desanimarte ni arruinarte. Abraza las circunstancias difíciles en las que te hallas, aún cuando te sientas amedrentado por ellas. Deja que Dios te moldee por las situaciones que permite que se introduzcan en tu vida. Esto te hará flexible a la voluntad de Dios.

Los sucesos de la vida son como un horno para el corazón. Tus impurezas se deshacen y tus viejos caminos se pierden.

… Todo lo que viene de la mano de Dios produce buen fruto. A veces las contrariedades bajo las que anhelas soledad son mejores para producir humildad que la más absoluta de las soledades. Utiliza las circunstancias de cada momento hasta sus últimas consecuencias. Hay ocasiones en que un libro intrigante, o un tiempo devocional inspirado, o una profunda conversación sobre asuntos espirituales, te harán sentir enormemente satisfecho contigo mismo. Creerás que has llegado más lejos de donde estás en realidad.

Hablar de la cruz no es lo mismo que experimentarla. Así pues acuérdate de esto: no busques circunstancias incómodas, mas cuando lleguen, toléralas en paz. ¡Es fácil engañarte a ti mismo! No busques a Dios como si estuviera allá, alejado en un castillo de marfil. Él se halla en medio de los acontecimientos de tu vida diaria. Ignora los obstáculos y encuéntrale.

Dios usa los desengaños, desilusiones, y fracasos de tu vida para llevarse la confianza que tienes en ti mismo y ayudarte a poner tu confianza en Él. Es como ser quemado a fuego lento, pero antes preferirías ser quemado en un resplandor de gloria, ¿verdad? ¿Te despegaría este resplandor de ti mismo? Por tanto Dios prepara una serie de acontecimientos para separarte de ti y de otros.

Dios es tu Padre, ¿crees que alguna vez te haría daño? Él sólo te separa de aquellas cosas que amas de forma incorrecta. Lloras como un bebé cuando Dios quita algo o se lleva a alguien de tu vida, pero llorarías mucho más si vieras el eterno perjuicio que te causan tus malos apegos.

Dios te enseñará más que incluso el más maduro cristiano. Él te enseñará mejor que todos los libros del mundo. ¿Por qué tiendes tanto hacia el conocimiento? ¿No te das cuenta de que todo lo que necesitas es ser pobre en espíritu, y no saber nada excepto a Cristo, y a Cristo crucificado? El conocimiento envanece, es sólo el amor el que edifica. (I Corintios 8:1) Conténtate con tan sólo el amor.

¡Qué! ¿Crees que la forma de amar a Dios viene por acumular más conocimiento? Ya tienes más de lo que puedes usar. Practica lo que ya sabes en vez de buscar más conocimiento. Te engañas a ti mismo si crees que estás creciendo espiritualmente porque tu curiosidad ha explorado intelectualmente alguna idea espiritual. Humíllate a ti mismo, y no esperes recibir del hombre lo que sólo Dios puede dar.

de «El Camino de la Cruz»

de Fenelón, Abad de Saint Valery – Arzobispo de Cambrai –

– Argumento Ontológico –

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livejesus

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Cloistered heart

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