La paz del corazón
El monje se recostó en el vacío.
Como si se tratara del tronco de un amistoso árbol,
descansó sin temor en la conciencia de su pequeñez,
cediendo todo anhelo en la confianza.
Permaneció largo rato tendido,
escuchando los sonidos leves que producía el aire al mecer las hojas
y la crepitación de las piedras calentándose al sol;
a través de los párpados cerrados,
percibía los clarooscuros dibujados por las nubes
al pasar por encima.
El flujo vital que entraba y salía de su cuerpo,
le hacía íntimo con todas las cosas.
Estaba en la unidad y habían desaparecido las oposiciones.
Lo hecho y lo por hacer convergían en ese único momento,
merced a cierta perfecta actitud de entrega.
Cruz y muerte,
descenso y ascenso,
luz y resurrección;
formas de manifestarse el amor.
Respiró tranquilo sin hacer nada, descansando en el ser.
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En la simplicidad aparente de las cosas,formas y vivencias, está la sabiduria escondida de Dios.
Señor dadnos la pureza de corazón, para apreciarte en ellas; incluso en el «vacio, oscuridad, tribulación».
Porque nada podrá separarnos de Amor de Dios.
«El monje se recostó en el vacío. Como si se tratara del tronco de un amistoso árbol…» . Esa sóla imagen me descansa.
Ese Descanso en Su Presencia… lo significa y diviniza todo… pues desde ÉL todo aparece…. y hacia ÉL todo vuelve.
Dejémosle espacio, hermanos… en nuestro interior… que ÉL espera liberarnos de la ignorancia para desopertar a la Trinidad.
Gracias siempre… y Alabado sea EL SEÑOR.
Un abrazo en CRISTO, hermano.
Hace días descubrí a un gran santo del que no había oído hablar nunca. San Charbel. Puedo entender mejor la gran espiritualidad que nos han dejado y dejan estas almas de continúa oración. Por eso encuentro muy hermoso el texto que hoy nos ofreces. Gracias.Un abrazo
Muy bello.
Un abrazo fraternal
Texto bajado del cielo; con tanta sabiduría, regocijo y paz. Lo reflexioné, lo medité y cae como añillo al dedo; en el «Silencio» de esta tarde de domigo 14/11/10 que cae una lluvia suave por toda la ciudad de Caracas. «…Permaneció largo rato tendido, escuchando los sonidos leves que producía el aire al mecer las hojas».
Gracias Señor y Dios mío. TE AMO.
Descansar en el Ser… esa es la única aspiración verdadera que late en mi corazón…escucharle… quererle…. no cabe más dicha.
Gracias!
Muchas veces, en vez de afanarnos en tantas cosas que nos sobrepasan debemos reconocer nuestra pequeñez, nuestra limitación, y simplemente confiar y dejarse mecer por la suave brisa del Espíritu.
Descansar en el Ser supremo ,es una dicha incomparable. Creo que es necesario también nuestro descanso corporal y espiritual para así descansar en los brazos del Padre.
Gracias por ese hermoso mensaje.
precioso texto que leo justo despues de meditar repitiendo Su santo Nombre…………..leo despacio, alargo mi meditacion…………………………………………….GRACIAS