Llevarte a todas partes

Padre Segundo Llorente
«Por la mañana salgo de las mantas como oso de la madriguera. Enciendo una vela y me calzo las botas de piel de foca llenas de hierba seca para que los pies estén bien mullidos y no se enfríen más de lo razonable. Enciendo la estufa y, si se heló el agua, derrito el hielo y me lavo. Abro la puerta, doy dos pasos y ya estoy delante del altar…».

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One Comment on “Llevarte a todas partes

  1. Qué bueno que cada vez más gente conozca este santo sacerdote. Dios quiera que podamos verlo pronto en los altares. Te dejo un texto que escribía a las carmelitas. Un abrazo en Cristo.

    Si no hubiera sido por la soledad, yo no hubiera resistido aquello…En la soledad he encontrado al Señor.

    Al Señor no se le encuentra fácilmente… Hay mucha gente que ama al Señor, así, vagamente, intelectualmente. Una fe así, intelectual…, pero ese contacto íntimo, esa experiencia, esa proximidad, ese sentirle y hablarle…todas esas cosas se sienten allí gracias a la soledad.

    Por ejemplo: yo por las noches, no todas, pero por las noches, cuando despacho a la gente, abro la puerta que me separa de la iglesia, entro en la iglesia y estoy yo solo con Él… yo solo con el Señor… Allí no hay ruidos, nadie tose, nadie estornuda, no se oyen pasos, nadie baja las escaleras.. Está uno solo.

    En aquella soledad uno, al cabo de los años, se va familiarizando, familiarizando, familiarizando más y más con Él… hasta que llega un momento en que ya es una especie de transfiguración en Él, y está uno que da gloria.

    Y allí me paso un rato muy largo con Él por las noches. Hay noches que hace mucho, mucho, mucho frío y tengo mucho que hacer.

    Bueno, pues entonces antes de acostarme entro en la capilla, que a lo mejor hace 25 o 30º bajo cero o algo así… me arrodillo y pongo los codos en el altar y pongo la cabeza así, muy cerca del sagrario, y le digo algunas cosas muy bonitas, muy bonitas, y allí le tiro una infinidad de besos y.. me marcho a la cama…

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