Amigo, ¡Feliz Navidad!

Al acercarnos a las celebraciones de la Navidad, puede parecer que todos los preparativos y costumbres se deben a un rito surgido de nuestra necesidad de sentir el calor de la familia, la cercanía de los amigos, el clima de paz, la falta de violencia que percibimos en ese tramo de vida en el que son necesarias la intimidad, la bondad, la alegría del niño que todos llevamos dentro.

 El mensaje que ofrecen las Sagradas Escrituras no es una parábola ni un bello cuento para crudas noches de invierno, junto al hogar encendido, sino que los evangelios demuestran el cumplimiento de las profecías. Lo anunciado desde antiguo en los textos sagrados tuvo lugar, en tiempos del emperador Augusto, en Belén, donde la Virgen María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales, y lo recostó en un pesebre.

 La Navidad no es una hipótesis, ni un deseo noble de entendimiento y de convivencia proyectado por los mejores sentimientos de la humanidad. Los cristianos celebramos un acontecimiento que ha marcado la historia, y su recuerdo reaviva la esperanza, el agradecimiento, la ternura y la sensibilidad.

 Si el pueblo del Antiguo Testamento fue acompañado por los profetas, por quienes se atrevieron a prever un futuro liberador y luminoso cuando experimentaban el rigor del exilio y la deportación,  ¡cuánto mayor deberá ser el sentimiento de paz, de alegría, de esperanza, si el acompañamiento de Dios no es un deseo, sino la verdad que funda la fe cristiana, el nacimiento del Emmanuel!

 Desde aquella bendita noche en que apareció sobre la tierra la bondad de Dios en su Hijo hecho hombre, los que dan fe a esta noticia gozan de una Presencia permanente y entrañable, que les permite afrontar la existencia en cualquier situación, con esperanza, y hasta con alegría, aun en medio de las posibles pruebas.

 No deseo violentar tu estado de ánimo, si acaso vives una experiencia oscura y difícil de soportar. Te puedo asegurar que nada de lo que padeces o gozas le es ajeno a Dios. Él ha querido compartir nuestra historia para que siempre contemos con su acompañamiento. Desde aquella Nochebuena ya no estamos solos.

 Porque hubo una Navidad, toda circunstancia puede interpretarse y vivirse de otra manera. Mi deseo sincero y amigo es que te alcance la luz del Sol naciente, Jesucristo, y tu corazón se llene de claridad. Desde el nacimiento de Jesús en nuestro mundo, todos somos portadores de su presencia, especialmente aquellos que padecen mayor necesidad. No cierres la puerta a la Navidad que acontece dentro de ti.

 Amigo, ¡Feliz Navidad!

Carta de Buenafuente

6 Comments on “Amigo, ¡Feliz Navidad!

  1. QUE EL NIÑO JESUS ENTRE EN NUESTROS CORAZONES Y EN EL DE TODOS NUESTROS SERES QUERIDOS Y PERMANEZCA ALLI POR SIEMPRE. AMEN.

  2. Hno. Horacio de Jesús Crucificado. FMV

    A mis amados hermanos de la Fraternidad Monástica Virtual, del Santo Nombre, del grupo de dirección de Hesiquia, en especial la hermana María, el hermano Gabriel, y demás compañeros. quiero saludarlos en el Santo Nombre de Jesús, para desearles un año 2014 pleno de un encuentro continuo y permanente con el Dios de la vida, del perdón, del amor, y de la misericordia, con ese Dios Padre, creador de la vida, con ese Dios Hijo, nuestro redentor y señor Jesucristo, el mesías prometido a Israel cuyo nacimiento acabamos de recordar en la hermosa noche de navidad, y con ese Dios Espíritu Santo, dador de sabiduría, ciencia, conocimiento y temor del señor.

  3. Hno. Horacio de Jesús Crucificad. F. M. V.

    Hoy nos ha nacido un Salvador. Un Dios de amor, de perdón, y de misericordia. Un Dios presente siempre dentro de cada uno de nosotros. Ya brotó la raíz de Jese, ya la virgen de la profecía de Isaías, concibió y dio a luz al Enmanu El, al Hijo de Dios, al Salvador del género humano, al. Mesías prometido. Gloria a Dios en lo alto del cielo y paz en la tierra a los hombres que aman al Señor.

  4. Gracias hermana ,deseándole una Feliz Navidad y que Jesús nazca en cada uno de nuestros corazones.Feliz Nochebuena.

  5. Hno. Horacio de Jesús Crucificado FMV

    Que Jesús, ese hermoso y amoroso niño que nacerá en la noche de navidad, permanezca por siempre en nuestros corazones.Que ese niño cuyo nacimiento recordaremos mañana sea nuestro compañero de viaje durante el año 2014. Adoremos a ese niño en el pesebre de nuestra alma, y vivamos con él, con María, y con José, todos los días de nuestra vida.

  6. Es muy cierto, el nacimiento de Jesús se puede quedar en una fecha más que conmemorar si no se profundiza en el misterio y el acontecimiento mas maravilloso que puede haber, y es que todo un DIOS, omnipotente y misericordioso se encarne y se haga uno de nosotros. Ruego a Dios nos de la gracia de descubrirlo encarnado en cada uno de nosotros y en cada hermano; pero sobre todo que lo descubramos en cada EUCARISTÍA.
    ¡FELIZ NAVIDAD!

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