Hoy existe una nueva fenomenología en el camino espiritual: el sentimiento de ausencia, de soledad, de no encontrar interlocutor con quien compartir la duda, la pregunta, la búsqueda, la experiencia interior, la moción espiritual, y poder discernir así con garantía el camino que Dios quiere, para evitar seguir la propia voluntad y trazar el proyecto de vida desde un planteamiento psicológico o afectivo, en vez del camino que conduce al deseo divino.
Este tercer domingo de Pascua, la Liturgia nos ofrece la emblemática lectura de los discípulos de Emaús, en la que se describe cómo Jesús, por propia iniciativa, es quien se acerca a los dos viajeros desanimados y desesperanzados.
Leyendo este texto, deberemos tener la certeza de la sensibilidad de Jesús para con cada uno, y de su acompañamiento de manera discreta, velada, tantas veces en forma de amigo, de compañero de trabajo, de miembro de la misma comunidad, de vecino de casa. Pero quizá, al igual que los discípulos, no descubramos la presencia solidaria del Señor.
A su vez, el Evangelio nos invita a convertirnos en compañeros de quienes caminan a nuestro lado, y a poder ofrecerles una lectura trascendente de los hechos de vida, de la historia cotidiana o de los acontecimientos más impactantes. El relato de Emaús es referente para crecer en confianza, porque Jesús no nos deja solos; y para comprometernos en la tarea fraterna de la escucha, y de la enseñanza testimonial de lo que sabemos que ensancha y alegra el corazón.
Hoy existe demasiada soledad entre los cristianos, que por posible ambiente adverso, se encierran, y viven de manera atomizada e individualista la fe en Jesucristo resucitado. La escena de la posada, y sobre todo el retorno a Jerusalén, al cenáculo, para compartir con los otros discípulos la experiencia de Pascua, es un itinerario evangélico.
Trae a tu mente y a tu corazón las palabras de las Sagradas Escrituras, que te aseguran el acompañamiento de Dios, la cercanía de Jesucristo, la presencia íntima del Espíritu Santo, la entrañable mirada de María, madre de todos los hombres. El creyente cristiano ha encontrado el tesoro de no estar nunca solo, ni abocado a la meta horrible del sinsentido, sino invitado siempre a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía.
Hermana Maria ,gracias.
Una amiga acaba de pasarme este contacto y me ha dado una gran alegría…..
Todo esto es como encontrarme en casa ,Es como un bálsamo que alivia suaviza y cura en medio de este loco mundo, donde la mayoría de la gente vive de espaldas a Dios y no puedes habla de espiritualidad ; de lo verdaderamente importante.
PAX.
Todos en nuestra vida hemos tenido o tendremos un Emaús: un encuentro con la Palabra y el envío…….con el silencio elocuente…..con las ansias encendidas y la pax brindada…..Bendiciones!!!
Oh mi buen Jesús, acompáñame como lo hiciste con los discípulos de Emaus y quédate conmigo para siempre. No permitas que desfallezca en este caminar hacia la Casa del Padre. Ilumina mi vida con la luz de tu Santa Palabra. Permite que mi corazón esté siempre dispuesto para hacer lo que me digas. Haz que mi corazón sea esa aldea de Emaus para que tu permanezcas siempre dentro de mi.
Aunque comento esporadicamente, les doy los agradecimiento por el acopmpañamiento espiritual que han tendi conmigo durante estos años. dios les bendiga.
Quien se siente llamado no puede emprender el camino en soledad. En principio le acompaña Jesús, pero el relato de Emaús (Lc 24, 13-35) nos recuerda que el camino lo transitamos como iglesia, y así dice el Maestro: «donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt,18,20). Las dificultades de la vida contemporánea nos impiden a veces estar reunidos físicamente, que sería lo deseable y más conveniente, pero la tecnología nos permite estar en contacto a través de la red. Por tanto, este tipo de acompañamiento, con sus limitaciones, es el que permite a muchos que sienten la inquietud de regresar a la iglesia reencontrarse con la fe que creían olvidada al compartir sus reflexiones con personas de otras latitudes. Es una bendición que en la actualidad halla tantas iniciativas en red como este blog.
Un saludo en Cristo a sus promotores y a todos los miembros de la FMV.
Gracias. Nosotros sabemos todos lo que es soledad y como se acentua cada vez más. Intentamos ser presencia com esta nueva tecnologia y com nuestros limites.
SEÑOR; YO QUIERO DESCUBRIR TU PRESENCIA SOLIDARIA EN MI VIDA Y EN LA DE MIS SERES QUERIDOS. AMEN.
Seguro que la encontrarás.
Hermana Maria ,gracias.
Una amiga acaba de pasarme este contacto y me ha dado una gran alegría…..
Todo esto es como encontrarme en casa ,Es como un bálsamo que alivia suaviza y cura en medio de este loco mundo, donde la mayoría de la gente vive de espaldas a Dios y no puedes habla de espiritualidad ; de lo verdaderamente importante.
Mucho me alegra que esta fraternidade pueda ayudarlo y que se encuentre en su casa.
PAZ Y BIEN, CIERTAMENTE PARA EL QUE CONFIA EN DIOS, NUNCA ESTA DOLO, SALUDOS
Gracias hermana María. Me alegra reencontrarte…
Gracias, Fabíola, hay que volver a vivir.
PAX.
Todos en nuestra vida hemos tenido o tendremos un Emaús: un encuentro con la Palabra y el envío…….con el silencio elocuente…..con las ansias encendidas y la pax brindada…..Bendiciones!!!
Oh mi buen Jesús, acompáñame como lo hiciste con los discípulos de Emaus y quédate conmigo para siempre. No permitas que desfallezca en este caminar hacia la Casa del Padre. Ilumina mi vida con la luz de tu Santa Palabra. Permite que mi corazón esté siempre dispuesto para hacer lo que me digas. Haz que mi corazón sea esa aldea de Emaus para que tu permanezcas siempre dentro de mi.
Aunque comento esporadicamente, les doy los agradecimiento por el acopmpañamiento espiritual que han tendi conmigo durante estos años. dios les bendiga.
Gracias a ti, por tu fidelidade a este espácio y por aceptares nuestros limites.
Quien se siente llamado no puede emprender el camino en soledad. En principio le acompaña Jesús, pero el relato de Emaús (Lc 24, 13-35) nos recuerda que el camino lo transitamos como iglesia, y así dice el Maestro: «donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt,18,20). Las dificultades de la vida contemporánea nos impiden a veces estar reunidos físicamente, que sería lo deseable y más conveniente, pero la tecnología nos permite estar en contacto a través de la red. Por tanto, este tipo de acompañamiento, con sus limitaciones, es el que permite a muchos que sienten la inquietud de regresar a la iglesia reencontrarse con la fe que creían olvidada al compartir sus reflexiones con personas de otras latitudes. Es una bendición que en la actualidad halla tantas iniciativas en red como este blog.
Un saludo en Cristo a sus promotores y a todos los miembros de la FMV.
Gracias. Nosotros sabemos todos lo que es soledad y como se acentua cada vez más. Intentamos ser presencia com esta nueva tecnologia y com nuestros limites.
Gracias. Unidos en la Comunion de los Santos