LA ENCARNACIÓN – en este dia empezó la NUEVA CREACIÓN

Un ejercicio espiritual que ayuda a mantener la esperanza es recordar lo bueno que nos ha pasado en la vida, y los momentos de luz, de fuerza, que nos han acontecido, en muchas ocasiones en circunstancias adversas.

Cuando nos acercamos a los acontecimientos centrales del Misterio cristiano, en los que contemplaremos a Jesús vendido, traicionado y condenado a muerte, es oportuno, como aconseja el salmista, no olvidar sus palabras, las que estos días suenan a testamento,: “Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca” (Sal 104).

Como las alianzas de Dios con nuestros padres, selladas desde antiguo, tuvieron su cumplimiento especialmente en los días de Jesús, y pues se cumplieron las promesas hechas a Abraham -“Mantendré mi pacto contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como pacto perpetuo” (Gén 17,7)-, debemos estar seguros, por la fe, de la palabra dada por el Señor. “Dijo Jesús a los judíos: -«Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre».” (Jn 8, 51)

Ya no hay tiempo para enredarse en la dialéctica, en las disquisiciones evasivas, en los entretenimientos ideológicos. Llega la hora de la verdad, de la fidelidad, de la opción creyente, como discípulos del Maestro de Nazaret, de creer que Él es el Hijo de Dios, que ha venido a este mundo a cumplir la voluntad de su Padre, que no es otra que la de revelar el Amor al hombre, hasta dar la vida por él.

3 Comments on “LA ENCARNACIÓN – en este dia empezó la NUEVA CREACIÓN

  1. LA LUZ DE DIOS NOS HALLA UNA ESPACIO PARA ESTAR PLENOS

  2. Hno. Horacio de Jesús Crucificado. F. M. V y del Santo Nombre

    Jesus camina de nuevo hacia el Golgota para morir en la cruz. Y camina hacia allá porque de nuevo va a resucitar para darme la salvación. Son mis pecados, mis errores, mis debilidades y mis faltas de amor, las que lo obligan a transitar por ese camino de dolor. Perdón Señor, perdón, perdón, por los afrentas que te hago, por mis pecados. Permite que te acompañe, a pesar de mis fallas, por esa vía de la cruz, durante la cual te encontraras con las mujeres de Jerusalén, con Maria, tu madre, con Simón de Cirene, con la Verónica y con el apóstol Juan. Yo también quiero estar en ese trayecto pra llevar esa cruz que tanto te pesa. Yo caeré esas tres veces para aprender a amarte, no tres veces sino siempre.

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