Lc 21,5-19. “No tengáis pánico”.

I Vísperas
del Domingo XXVI

Dios está ahí. Reconócelo y sé testigo de paz

El terremoto reciente (19/09) en Puebla, México, provocó unas fisuras en la iglesia de la casa de las Bienaventuranzas, que ha obligado a cerrarla y se tendrá de derruir. Es hermosa, pero no quedará piedra sobre piedra (v.6). Pero ahí siguen los hermanos. ¿Qué los mantiene?Jesús ya advertía a sus contemporáneos que el templo de Jerusalén quedaría en ruinas, y que llegarían tiempos convulsos con noticias de guerras y revoluciones (v.9).Cuando aquello en lo que habíamos puesto nuestro orgullo, nuestra alegría, nuestra seguridad… desaparece, la gran cuestión es poder reconocer la presencia de Cristo (v.8). Nuestro esfuerzo o ascesis no es conseguir que Dios se acerque a la humanidad. Dios está ahí. No nos deja. Se tratará de afinar nuestra sensibilidad, crecer en discernimiento para reconocer las presencias de Cristo. Algunas ayudas son:

• La oración
• Cultivar la presencia de Dios en la vida cotidiana
• El examen de conciencia y la confesión
• La Palabra de Dios
• El Rosario

¿Qué ayudas añadirías tu?El fruto de ese encuentro con Dios es la paz. Jesús nos dice “no tengáis pánico” (v.9). Descubramos la presencia fiel y amorosa de Dios, pidamos la gracia del discernimiento para reconocer a Cristo en nuestra vida, y seamos apóstoles de la paz: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque de ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9).

[Fuente: Bienaventuranzas.]