Días 17 y 18 – Un cambio real

Texto del día

¡Tantas veces he querido cambiar! Y sin embargo me parece que sigo siendo el mismo, con las mismas viejas inercias… con ese temperamento, con aquel hábito, con esa melancolía…

Para que se produzca un cambio real, una cierta conversión de vida, hace falta que varios factores se junten. Un factor importante sin duda es nuestro profundo deseo de cambiar, de dejar de ser el que somos, de abandonar el hombre viejo sin guardarse partes de él que puedan parecernos convenientes. El hombre viejo es un todo integral, lo dejas entero o te sigue persiguiendo.

Para sentir ese profundo deseo de cambiar es necesario que seamos conscientes de nuestras verdades dolorosas, de vernos sin maquillaje, de reconocer nuestra miseria en distintos aspectos de nuestras vidas. El egoísmo extremo que tenemos como encarnado en nosotros. Si reconocemos esto, la gracia que siempre está disponible fluye hacia nosotros de manera abundante; nos dejamos empapar de su luz pura y Cristo mismo se manifiesta en el corazón.

Cuando esto ocurre, el cambio se va dando como natural y espontáneamente sin demasiada lucha. La apertura del corazón a los demás y el recuerdo de la acción correcta, alineada con el Evangelio, se vuelve constante y nos impulsa a la coherencia. Ahora, hay que dar un primer paso, esto es necesario. El médico está disponible, la medicación también, pero hay que tomar un vaso, llenarlo con agua y tomar la medicina. Solo nosotros podemos. La gracia no es invasiva, Dios no se impone se ofrenda. El Espíritu Santo nos convierte solo hasta donde estamos dispuestos a convertirnos. Esto es vital y debe comprenderse.

Este primer paso o este nuevo paso puedes hacerlo ahora mismo. Este fin de semana es una oportunidad tan buena como cualquier otra. Porque cuando el alma saborea un cambio real y el aroma de la gracia comienza a ser percibido, se entusiasma y el resto de la transformación es más fácil. Estos dos días pueden ser el cimiento de lo por venir. Las primeras luces del nuevo día. ¿Por qué no? Aunque hayas fracasado y caído mucho en el pasado, nada te inhabilita para volver a casa. El Padre espera y es paciente y rico en misericordia.

El médico es Jesús, la oración del Santo Nombre la medicina, nuestra parte es poner atención en lo que hacemos para hacerlo bien, mientras repetimos la oración cada vez que lo recordamos.

Recomendamos esta lectura bíblica a propósito del post

Práctica sugerida

Este fin de semana vamos a ir contra la corriente. Vamos a tratar muy bien a la persona que habitualmente tratamos con descortesía, descuido o indiferencia. Y vamos a hacer bien, con afán de perfección, aquella actividad cotidiana que siempre hacemos a desgano, descuidadamente, fastidiados o a las apuradas. Vamos a actuar en general en contra de la reacción frecuente que nos tiene sometidos con su inercia. Puede ser una acción que parezca trivial como el modo de lavar la vajilla o algo importante como el trato que damos a nuestro anciano padre. Cambiar la tendencia. Esto puede ser nuestra pequeña nueva fundación. La semilla que alumbre luego una profunda conversión. Si es posible todas las actividades del fin de semana deberían estar «teñidas» de este anhelo de conversión. Buscar en el Nombre de Jesús la fuerza adicional que falta en nuestra voluntad para actuar contra la inercia.

Muy estimadas/os en Cristo Jesús, en pocas horas publicaremos las respuestas al resto de los comentarios del día 14 y a algún otro que se ha puesto por allí sobre una problemática muy dolorosa. Muchas gracias por vuestra participación y acogida que hace posible este encuentro entre hermanos cristianos.

8 Comments on “Días 17 y 18 – Un cambio real

  1. Gracias por comentar Clara! Pues lo que tiene la oración de Jesús es ni más ni menos que el Nombre del salvador y al nombrarlo se Le invoca y esto actualiza la presencia real y viva de Jesús. Filipenses 2: 5-11 un abrazo fraterno hermana!

  2. Magnífico post, muchas gracias.

    Totalmente de acuerdo, cuando deseamos algo del mundo del espíritu, sólo tenemos que desearlo con todas las fuerzas, y el don de Cristo llega. Tardará más o tardará menos, pero llega. De esta tardanza no debemos de culpar al don de Cristo, sino a nuestra incapacidad para abandonar el hombre viejo. Al hombre viejo se le abandona no mirando atrás. La mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de sal, nos dice el libro del Génesis. Si miramos atrás, como lo hizo la mujer de Lot, quedará en nosotros un resto del hombre viejo, y el don de Cristo tardará en llegar.

    Por otro lado, no salgo de mi asombro de la capacidad de transformación que tiene la Oración de Jesús. ¿Pero qué tiene esta Oración? Tiene algo, ¿pero qué es? La Oración de Jesús es capaz de conseguir en un mes, lo que la Liturgia de la Iglesia consigue en una vida de oración. No me digáis que no es sorprendente.

    En fin,queridos amigos, en Cristo Jesús, a mí esta Oración cada día me sorprende más, no sé si habrá un límite para la sorpresa o seguirá indefinidamente. Creo que hay cosas en esta vida en las que si merece dejarse la piel, y la Oración de Jesús es una de estas cosas.

  3. Gracias Padre José por tu comentario. Ciertamente pasiones y virtudes se encadenan, hacia «abajo» y hacia «arriba». En eso vamos todos poniendo atención sobre nosotros mismos. Un abrazo fraterno!

  4. Realmente es necesario dejar el hombre viejo, pues como bien se nos dice: «El hombre viejo es un todo integral, lo dejas entero o te sigue persiguiendo». En el texto de Colosenses que se nos propone, dice: «hagan morir lo terrenal (el hombre viejo): lujuria, impureza, pasión desordenada, malos deseos,
    avaricia». Me llamo la atención que en la lista que pone despues, nos indica la manera de hacerlo: «pero ahora es necesario acabar con: la ira, el rencor, la maldad las injurias, las conversaciones groseras». Es como que se corresponden, de manera que al acabar con la ira se muere a la lujuria, al acabar con el rencor se muere a la impureza, al acabar con la maldad se muere a la pasión desordenada, al acabar con las injurias se muere a los malos deseos y a acabar con las conversaciones groseras se muere a la avaricia. Parece que se correspondan. Y luego la práctica: «practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia, sopórtense unos a otros y perdónense mutuamente». La verdad es que no deja cabo suelto.
    Creo que es importante que nos ayudemos a romper la inercia del hombre viejo, que se resiste siempre a abandonarnos y unirnos al hombre nuevo que es Jesucristo. Que la oración de Jesús nos ayude al cambio.

  5. Paz y bien bendecido fin de semana hnas y hnos, y asi es: “es necesario que seamos conscientes de nuestras verdades dolorosas, de vernos sin maquillaje, de reconocer nuestra miseria en distintos aspectos de nuestras vidas”.

  6. Quiero dar las gracias por este blog y en particular por estos ejercicios, que son de mucha ayuda para mí. Siempre espero con ilusión la publicación del nuevo post del día y me suele sorprender gratamente con estupendas recomendaciones y consejos. Ahora espero también con ilusión el curso sobre la Filocalia, que solo fsltan ocho días. Señor Jesús, ten piedad de nosotros, pecadores

    • Gracias Víctor por sus palabras de aliento. Nosotros agradecemos la participación de todos y al Señor Jesús que nos da esta posibilidad de intercambio. Los posts nos sirven mucho a nosotros mismos. Un saludo fraterno.

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