La paz del corazón
¿Qué me puede decir sobre la Cuaresma?
En cierta forma, la vida puede verse como una Cuaresma, como la preparación para el paso final, la Pascua a la resurrección. Será bueno interiorizar la cuaresma. Darle algo de ayuno al cuerpo nunca viene mal; nos muestra la dependencia que tenemos de la comida como medio para aplacar las ansiedades, deja expuesta nuestra esclavitud a los hábitos y las costumbres adquiridas. La principal purificación que nos muestra el ayuno o alguna privación; resulta de esta toma de conciencia que nos devuelve un poco a la humildad. Nos sitúa con más criterio en la realidad que vivimos y no en la que creemos vivir.
¿Qué realidad vivimos? La dependencia. Un sinfín de deseos que se nos han vuelto necesidades. Ya no es tomar agua lo que necesitamos sino tal o cual bebida saborizada. Ya no es comer lo que necesitamos sino aquel plato en particular que tanto nos apetece y que cuanto más paladeamos más deseamos. Y así como hacer el ejercicio de privar de algo habitual al cuerpo nos pone en presencia del sometimiento en que vivimos a sus impulsos; darle algo de ayuno a la mente nos deja sorprendidos; advertimos la duermevela vagabunda en la que solemos permanecer.
¿Qué sería ayunar en lo mental?
Dejar de rumiar los mismos pensamientos de siempre. Dejar de darle vueltas siempre a las mismas cosas como si en ese masticar las tensiones los problemas fueran a resolverse. Reconocer que, del mismo modo en que acostumbramos a comer cierto dulce en el desayuno, suelen discurrir los pensamientos por el mismo camino gastado, mas o menos a las mismas horas. Siempre tendemos a comer lo mismo, dependientes como somos de tales aromas y sabores. Igualmente, siempre tendemos a «pensar» lo mismo, dependientes como somos de ciertas sensaciones «preocupantes», que si no estuvieran desnudarían el vacío de significado en nuestro cotidiano.
Desatender los pensamientos que aparecen y dirigir la atención hacia el propósito interior trazado es un formidable ayuno mental. Por ejemplo, dirigir la atención a la vía de oración a la cual nos hemos consagrado o hacia la percepción de la presencia de lo divino en lo que ocurre, o simplemente, concentrarnos en hacer lo mejor posible lo que tenemos entre manos en el instante; es conversión continua. Agarrar la atención que se nos escapa, una y otra vez y traerla de vuelta a casa, al corazón y llevarla allí donde queremos realmente depositarla, es ayuno, limosna, purificación y Cuaresma del alma.
Quién permanece presente en el sitio de la atención, tiende a comer menos naturalmente, solo lo necesario. Desde esta conciencia atenta se escucha más a los demás y surge una especie de caridad espontánea apropiada a cada situación. Esta misma vigilancia nos muestra la mezquindad constante que nos atrapa y entonces nos quedamos más humildes, pero sin tristeza. Es un quitarse el maquillaje y mirarse de frente y encontrar allí mismo el amor a nosotros mismos sin condiciones. Se supone este tiempo litúrgico como oportunidad de conversión, de cambio profundo… dejar de defender una imagen, dejar las pretensiones, ir soltando los cuidados y abandonar las razones vanas que nos atan al sufrimiento es volvernos auténticos y verdadera penitencia…
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“¿Qué realidad vivimos? la dependencia”
Me quedo con esto Hno. Mario. Pues en realidad la dependencia puede ser de cosas materiales, mentales, pero también espirituales, que de todo se da en la vida.
Sigamos caminando juntos y que el Señor nos siga fortaleciendo.
Un saludo invocando el Santo Nombre
Hola María! Sí, así es. La mente puede agarrar cualquier cosa para esclavizarse. De todos modos me parece… que lo verdaderamente espiritual no esclaviza porque fortalece al inmaterial en nosotros. Sí he visto que podemos hacernos dependientes de hábitos mentales que llamamos espirituales pero que no lo son. En fin, es buen tema para profundizar. Gracias por compartir. Un abrazo en Cristo Jesús.
Muchas Gracias por este aporte!!
El intentar una Cuaresma..con esta guía y reflexión..me parece MB!! Se aleja de lo teórico..de lo imposible..y se vuelve más práctico y real…al menos en el intento de practicarla..
Un cariño!
Hola Susana, Cristo te cuide! Que bueno que sirva el texto. Sí, es importante que tratemos de bajar lo teórico al día a día bien en concreto. Sino nos pasa eso de confundir vida mental con vida espiritual, que es todo un tema. Un abrazo fraterno!