2 Comments on “36° Clase de Filocalía – Elías, El presbítero”
Sobre los deseos un autor decía: “Nuestros deseos ocultan nuestros verdaderos deseos.”
El gran Sócrates en uno de sus diálogos “El Gorgias” plantea la siguiente pregunta a sus discípulos:
− ¿Quién es el hombre más feliz del mundo?
Uno de sus discípulos sorprendido contesta:
− Hombre, Sócrates, esa pregunta es fácil, ¿Cómo nos la haces de una manera tan simple? El hombre más feliz el mundo es el tirano.
Sócrates queda a su vez pasmado:
− Vaya, amigo, así que el tirano, y ¿Qué te hace responder que el tirano es el hombre más feliz del mundo?
− Fácil, muy fácil, porque hace lo que quiere.
En este momento Sócrates parece no creer lo que oye, y se da cuenta de que todo el mundo admitiría esa afirmación, pero con su gran profundidad de análisis y con gran sutileza en las palabras, contesta:
− Cierto, hace lo que quiere, pero no hace lo que desea.
Este es el gran giro maestro del filósofo.
¿Cuáles son nuestros deseos más profundos?
Es interesante la respuesta de Elías, el presbítero.
El tema del deseo es fundamental, como dice José Antonio.
Me parece muy importante la orientación del deseo, lo que es posible gracias al descubrimiento que se esconde detrás de todo deseo, que no es otro que el deseo de Dios ¿Cómo es que como afirma San Pablo: en Dios vivimos, nos movemos y existimos y aún así nos sentimos separados de Dios? y es que tanto nuestros sentidos materiales como los espirituales, los tenemos unos, no demasiado entrenados y los espirituales aletargados. Necesitamos pues mirar bien con los materiales para poder así despertar los espirituales. El retiro programado a primeros de diciembre y que espero poder seguir, puede ser una buena oportunidad de progresar en ello. En España por esas fechas estamos iniciando el puente de la Inmaculada y de la constitución, lo que puede facilitar la labor.
Sobre los deseos un autor decía: “Nuestros deseos ocultan nuestros verdaderos deseos.”
El gran Sócrates en uno de sus diálogos “El Gorgias” plantea la siguiente pregunta a sus discípulos:
− ¿Quién es el hombre más feliz del mundo?
Uno de sus discípulos sorprendido contesta:
− Hombre, Sócrates, esa pregunta es fácil, ¿Cómo nos la haces de una manera tan simple? El hombre más feliz el mundo es el tirano.
Sócrates queda a su vez pasmado:
− Vaya, amigo, así que el tirano, y ¿Qué te hace responder que el tirano es el hombre más feliz del mundo?
− Fácil, muy fácil, porque hace lo que quiere.
En este momento Sócrates parece no creer lo que oye, y se da cuenta de que todo el mundo admitiría esa afirmación, pero con su gran profundidad de análisis y con gran sutileza en las palabras, contesta:
− Cierto, hace lo que quiere, pero no hace lo que desea.
Este es el gran giro maestro del filósofo.
¿Cuáles son nuestros deseos más profundos?
Es interesante la respuesta de Elías, el presbítero.
El tema del deseo es fundamental, como dice José Antonio.
Me parece muy importante la orientación del deseo, lo que es posible gracias al descubrimiento que se esconde detrás de todo deseo, que no es otro que el deseo de Dios ¿Cómo es que como afirma San Pablo: en Dios vivimos, nos movemos y existimos y aún así nos sentimos separados de Dios? y es que tanto nuestros sentidos materiales como los espirituales, los tenemos unos, no demasiado entrenados y los espirituales aletargados. Necesitamos pues mirar bien con los materiales para poder así despertar los espirituales. El retiro programado a primeros de diciembre y que espero poder seguir, puede ser una buena oportunidad de progresar en ello. En España por esas fechas estamos iniciando el puente de la Inmaculada y de la constitución, lo que puede facilitar la labor.