Gracias por esta nuevo episodio. Realmente no me ha quedado del todo claro los peligros del 2do método, porque no es bueno con la atención decir la oración de Jesús frente a pensamientos que nos alejan De Dios. Gracias
Hola Ignacio. Entonces veré de aclarar más el punto en el próximo video. De todos modos te sintetizo lo que me parece quiere decir el Pseudo Simeón: Que cuando debido a la pura fuerza de voluntad o mero forzamiento, intentamos reemplazar la divagación por la oración, esto es de corto aliento y finalmente somos derrotados. Puede ser útil en una etapa esta especie de lucha de la voluntad pero debemos saber que sino hacemos descender la oración al corazón, nunca llegaremos a la paz del alma imperturbable. En lugar de luchar contra ellos hay que desatender a los pensamientos y dirigir la mirada hacia la presencia divina o hacia la entrega a la voluntad de Dios; y entonces sí, pudiera ocurrir que pasáramos a la tercera forma de oración, de tipo más contemplativo. Gracias por comentar, dime si te he aclarado la duda. Un abrazo en Cristo Jesús.
Me ha gustado mucho este autor. Muy práctico y sutil. En cuanto a la obediencia según lo leía me vino a la mente un pensamiento sobre la carta famosa de San Ignacio de Loyola que habla de la misma obediencia.
Aquí os dejo un Link para leerla. No tiene desperdicio;
http://www.cmasuncion.org/lectura-espiritual/item/12-carta-sobre-la-obediencia-de-san-ignacio-de-loyola
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Gracias Sergio, la voy a postear en la Fraternidad
Un abrazo!
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Gracias por esta nuevo episodio. Realmente no me ha quedado del todo claro los peligros del 2do método, porque no es bueno con la atención decir la oración de Jesús frente a pensamientos que nos alejan De Dios. Gracias
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Hola Ignacio. Entonces veré de aclarar más el punto en el próximo video. De todos modos te sintetizo lo que me parece quiere decir el Pseudo Simeón: Que cuando debido a la pura fuerza de voluntad o mero forzamiento, intentamos reemplazar la divagación por la oración, esto es de corto aliento y finalmente somos derrotados. Puede ser útil en una etapa esta especie de lucha de la voluntad pero debemos saber que sino hacemos descender la oración al corazón, nunca llegaremos a la paz del alma imperturbable. En lugar de luchar contra ellos hay que desatender a los pensamientos y dirigir la mirada hacia la presencia divina o hacia la entrega a la voluntad de Dios; y entonces sí, pudiera ocurrir que pasáramos a la tercera forma de oración, de tipo más contemplativo. Gracias por comentar, dime si te he aclarado la duda. Un abrazo en Cristo Jesús.
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Si . Muchas Gracias
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