En el patio de atrás

Las nubes blancas y  gordas, brillantes; contrastan fuertemente con el cielo muy celeste y la brisa fría envuelve todo el conjunto.

Los árboles bien verdes, oscilan levemente, parece que respiran.

Dos pájaros alternan cantos, sosteniéndose apenas en extremos exiguos.

De vez en cuando pasa una turba de palomas, partiendo el aire con el sonido de sus alas. Y van y vienen ordenadas, simétricas, regidas por inflexible mecanismo.

Debajo del pasto, las hormigas han hecho un sendero y con ritmo acompasado van llevando su carga.

Me siento cuidadoso y apoyándome en un tronco limpio, siento latir al corazón, que extrañamente, hace coro con todo lo demás.

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