Acerca del tiempo

de San Agustín

A fin de defender su concepción de la eternidad, Agustín ha de argumentar que el tiempo es irreal.

«¿Qué es el tiempo? – se pregunta -. Si nadie me lo pregunta, lo sé; si quiero explicárselo a uno que me lo pregunta, no lo sé. »

El tiempo consta de pasado, presente y futuro. Pero sólo el presente existe, pues el pasado ya no está y el futuro no está todavía. Pero un presente que es solo presente no es tiempo, sino eternidad. Hablamos de tiempos mas largos y mas cortos, pero ¿cómo podemos medir el tiempo?

Supongamos que decimos de un período pasado que fue largo: ¿Queremos decir con ello que era largo cuando era pasado o que era largo cuando era presente? Sólo lo segundo tiene sentido, pero ¿como puedo nada ser largo en el presente, si lo que es presente es instantáneo? Ninguna colección de instantes puede llegar a sumar mas que un instante.

Las etapas de un período de tiempo nunca co existen; ¿Cómo pueden , entonces, sumarse para formar un todo? Cualquier medición que hagamos debe hacerse en el presente: ¡cómo podemos, pues, medir lo que ya ha desaparecido o lo que todavía no está ahí?

La solución de Agustín a estas paradojas es decir que el tiempo solo existe realmente en la mente. El pasado no existe, pero lo conservo en el presente porque está, en este momento, en mi memoria. El futuro no existe; todo lo que hay de él es nuestra previsión presente.

En lugar de decir que hay tres tiempos, pasado, presente y futuro, deberíamos decir que hay un presente de las cosas pasadas (que es la memoria, un presente de las cosas presentes (que es la percepción) y un presente de las cosas futuras (que es la expectativa).

Una longitud de tiempo no es realmente tal, sino una longitud de memoria o una longitud de expectativa.

«Breve historia de la filosofía occidental»

de Anthony Kenny

pgs. 158/9 – Ed. Paidós – Bs. As. 2009

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