La paz del corazón
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««¿Qué encontramos si salimos de nosotros mismos?» pregunta Teófano el Recluso. Y él mismo da en seguida la respuesta: «Encontramos a Dios y al prójimo».
Esta es la verdadera razón por la cual la renuncia a sí mismo es una condición ‒y la principal‒ que debe cumplir el que busca la salvación en Cristo. Así es como el centro de gravedad de nuestro ser puede desplazarse de nosotros mismos a Cristo, que es a la vez Dios y nuestro prójimo.
…No, al Dios de amor, de paz y de sacrificio total no se le puede encontrar allá donde se busca la propia satisfacción, en el ruido y en el trajinar, aunque sea bajo nobles pretextos. He aquí un principio de discernimiento: si se turba la paz del alma, si te sientes desanimado, o irritado porque una razón cualquiera te ha obligado a renunciar a una buena obra que habías proyectado, es señal de que la fuente estaba turbia.
…Esta obstinada voluntad de encontrar tu propia satisfacción es la causa de la turbación y de la división de tu alma. Déjala a un lado y lucha contra ella. Lo demás te será dado por añadidura».
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Más do que salir de nosotros mismos… morir para si mismo… extinguir su voluntad en la Voluntad de Dios… … …
Amen!
Qué gran verdda. Gracias hermanos por compartirla.
Un saludo invocando el Santo Nombre de Jesús