Disponibilidad de vida

«Peregrino del silencio» – Jaume Boada i Rafí

El amor del Padre hacia nosotros no se agota nunca. La confianza que puso en nuestra respuesta al invitarnos a vivir su proyecto de amor siempre procede de su infinita misericordia.

¿Y qué se nos pide a nosotros? La disponibilidad de vida. No basta con estar dispuestos a hacer o a dejarnos hacer, a amar o a dejarnos amar. Se trata de una total disponibilidad de vida; ya lo dice la palabra.

Él ha de serlo todo. Su voluntad, el aliento de nuestros pasos. No podemos elegir la cruz. Ni nos está permitido escoger luz u obscuridad. Entrar en el plan de amor del Padre nos pedirá un «sí» generoso, constante, inacabable.

Dios Padre sólo quiere que vivamos con intensidad el momento presente, la pequeña-gran fidelidad en el camino de cada día. Y con esta respuesta concreta, una gran confianza. El presente que Dios nos da y una gran confianza en su amor son dos herramientas que el Padre pone en nuestras manos para hacer su voluntad. Por otro lado son dos herramientas que están al alcance de todos, incluso de los más pobres y pequeños.

Si ves que el Padre quiere darte para ti noche obscura, vívela con todo tu corazón. Si quiere para ti una luz clara como el día, es preciso que la acojas con un corazón libre y agradecido.

Si Dios te concede la gracia de una oración llena de paz, goza de ella, porque es una prueba de su amor. Si cuando rezas te sientes tan seco y la espera se te hace dolorosa, ofrece tu presencia y tu constancia. Es una gran ocasión que te da Dios para hacer la oración gratuita de permanecer con amor (aunque no lo sientas) en presencia del Padre que te ama.

Si te ves perdido, si buscas con desasosiego lo que Dios quiere de ti y no lo encuentras, no tienes que angustiarte: que tu respuesta sea el deseo sincero de hacer únicamente su voluntad.

Bastará que siempre esté atento al Espíritu y valorando la pequeña respuesta de cada instante para manifestar al Padre tu disponibilidad de vida.

Una traducción muy concreta de esta disponibilidad interior es la obediencia ilimitada a la voz del Espíritu. No pienses que es algo extraordinario encontrar los caminos de los que el Padre se servirá para hacerte conocer su voluntad: los hermanos, tu confesor o tus superiores. Verás con claridad que Dios te habla en sus palabras y dice algo concreto para ti. Un buen día encontrarás en la liturgia un salmo que, de tanto repetirlo, ya te los sabes de memoria. Y Dios te dirá por medio de él la palabra más insospechada. Hallarás por doquier signos de su voluntad. Podrás verlos gracias a los ojos contemplativos que Dios te ha regalado.

Disponibilidad de vida para todo y en todo. Ya lo decía santa Teresa de Jesús en su bonita y larga poesía «En las manos de Dios»: «Pues por vuestra me ofrecí, ¿qué mandáis hacer de mí?».

La disponibilidad también ha de estar iluminada por la cruz. El plan de amor del Padre te exigirá una purificación total y constante. Siempre con una pobreza de alma serena y clara. Pero también con la pobreza de la renuncia espiritual. Dios Padre quiere que incluso pruebes el abismo de la pobreza de la cruz como su Hijo. La pobreza de llegar a pensar que Dios responde a tu abandono amoroso, abandonándote…

Pero recuerda siempre que Él siempre está presente, que nunca se aleja de tu vida y que tienes que aceptar estas experiencias de noche obscura «viendo» en ellas una expresión de su amor. Incluso has de vivir la pobreza de renunciar a «tener miedo». ¿Acaso no te has puesto de verdad en sus manos? Te basta con poder «creer» que lo estás.

La disponibilidad de vida te tiene que llevar a una total oblación de la misma y de tu amor al Padre en Cristo Jesús. Comienza a hacer camino de oblación con la decidida voluntad de «no anteponer nada al amor de Cristo» y a la fidelidad total y plena, atenta, delicada, sencilla, profunda…, fidelidad de corazón que no llama la atención y que nunca crea una situación de angustia, porque Dios quiere que la vivas en una paz confiada.

Todo esto te llevará a «hacer camino» hacia la fiesta de la unión plena en Dios. Día tras día, irás dejando tus mezquindades, evasiones, imperfecciones porque estás haciendo el camino que conduce a la libertad interior de quien sólo desea ser amor en el Amor.

También te darás cuenta de que toda tu vida se irá convirtiendo en oración. No te bastará con «hacer oración», ni te conformarás con vivir una actitud interior de oración. Dios te dará el gran don de la oración constante e ininterrumpida.

Por este motivo, la escuela del silencio que en algunos momentos habrá sido dolorosa y de una gran exigencia ascética, ahora será una necesidad espiritual de tu alma. Con alegría constatarás que ya no puedes salir de ella.

Sin embargo, todo esto tendrá que pasar por la verificación diaria en la vida de relación con los hermanos. En el amor sencillo, delicado, atento, y después con los que amas se podrá «ver» tu corazón lleno de oración.

El plan de amor del Padre supone una vida de comunión constante con Él. Vivirlo todo en Él.

Dios te lo hará conocer cuando encuentre en tu vida la pequeñez de un corazón sencillo, enamorado, pobre y disponible.

«Ermita Blanca»

4 Comments on “Disponibilidad de vida

  1. Señor y Dios mío:

    Uno de mis mayores deseos es alabarte con una forma pura y libre de interés mundano, y hacer como hizo el rey David: “Alabarte en mis desvelos nocturnos con alegres labios”, y hoy se hizo

    “Mi alma se llena de médula y grasa.
    Mi boca te alaba con alegres labios
    Cuando tendido sobre el lecho te recuerdo
    Y en las horas nocturnas en Ti pienso
    (Sal. 63,6)
    (La grasa es una gracia divina que dilata el corazón e inspira a la alabanza)

    Hoy no quise ahuyentar la hesiquia de la eremita de mi corazón, ni con el más hermoso canto de las aves en libertad.
    H. Ramírez

  2. Que el Señor nos conceda la gracia de vivir atento y vigilante cada dia, amandole siempre.Lc 12.38

  3. Creo en el Amor del Padre,acepto el amor del Padre y me abrazo al amor del Padre!

  4. Ave María…que todo se vaya convirtiendo en oracion!

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