La espiritualidad de la flaqueza
«Cuando a Dios ya no le queda otro remedio, permite el pecado, y lo permite para llevar al hombre al conocimiento profundo de su debilidad y flaqueza. Es el último remedio, y a veces se sirve Dios de él, porque su fuerza se manifiesta mejor en la debilidad».
Isaac de Nínive
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«Los ayunos y vigilias tienen como finalidad llevar al monje a desconfiar de sí para introducirle en la práctica de la humildad. Una vez logrado ese objetivo ya está en disposición de intentar llegar al corazón de Dios, quien intervendrá obrando sus prodigios».
Abba Moisés
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«Toda práctica de ascética auténtica debe proponerse como objetivo llevar al monje hasta el punto cero donde se desintegran sus fuerzas y se ve confrontado con su debilidad pura y dura. Su corazón quedará quebrantado, deshecho, y lo mismo que con el corazón le sucederá con todos sus proyectos humanos de perfección. En ese corazón contrito y quebrantado por la experiencia de su radical impotencia puede penetrar la fuerza de Dios y empezar su obra de nuevo. La ascética parecerá un prodigio, un nuevo prodigio permanente en un corazón contrito confrontado con su propia impotencia y al mismo tiempo con la omnipotencia de Dios…
Estoy convencido de que la ascética monástica no puede ser más que un gesto de seres pobres y débiles que se fían de la gracia, de lo contrario sería ascética pagana…
El Espíritu sólo puede trasformamos cuando le dejamos abrir brechas y penetrar por ellas. Antes tiene que derribar murallas, fortalezas y castillos. La gracia no es una especie de cobertor que se extiende y lo tapa todo. La gracia llega más al fondo que nuestro propio subconsciente, es lo más profundo en nuestro castillo interior y necesita desarrollarse a través de la psique y del cuerpo. Normalmente turbará toda la psique, la desarticulará y la ensamblará de nuevo, la herirá y la curará, la llevará por rectas y por curvas».
«El Espíritu ora en nosotros» de André Louf – Ed: Narcea, Madrid 2000
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«Pero Él me respondió: «Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad». Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo»
San Pablo (2 Cor 12, 9)
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Pingback: Todo es gracia – La libertad radical.
Oh Padre Excelso, Realidad Única,
Permite que Tus seres elegidos,
Que son llamas de Tu Fuego Creador,
Implanten Tu Voluntad en nuestras mentes
Y que sus rayos nos hagan conscientes
De Tu luz, Tu verdad y Tu amor.
Amén.
(Oración que escribí hace unos años, siguiendo una inspiración momentánea)
oh regalada llaga hecha por quien no sabe sino sólo sanar. Gracias en el nombre de nuestro amado Jesús Cristo!!!