Tu Presencia hoy

«Y se quedaron con Él  aquél día» Jn 1,39

“Señor Jesús, tu concediste a tus discípulos el don permanente de tu Presencia. Les dijiste: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28,20). Si fuera capaz de vivir con el constante sentimiento de esta Presencia!, o si, a falta de “sentir”, tuviese una fe lo suficientemente viva para creer, en profundidad, que te encuentras aquí conmigo, y para conformar todas mis actitudes de acuerdo a tal certeza!…

Sin embargo, Señor, y después de tantos años, cualquiera diría que empiezo ahora. Soy tan débil! Necesito desintoxicarme, eliminar tantos venenos! Quisiera, al menos, nacer a tu Presencia, crecer en ella. Con este deseo me acerco hoy a ti.

Tus discípulos, dejando al Precursor, te siguieron en silencio. Después tu los convidaste a acompañarte: “Venid y lo veréis” (Jn, 1,39). Ellos fueron y vieron donde vivías. También dice el Evangelio que se quedaron contigo “aquél día”. Pero aún no se establecieron en tu Presencia, pues leemos a continuación que volvieron al lugar de siempre, y sabemos que más tarde lo dejaron todo para seguirte. Sin embargo, “aquél día” consiguieron el descubrimiento de tu Presencia. Fue, por decirlo de alguna manera, su primera exploración. Tomaron conciencia de lo que supone quedarse contigo. Yo quisiera hacer hoy y ahora, Señor, un intento del mismo género!

Acepta, Señor, y bendice mi intención, que es la de pasar “un día! contigo. Querría comprobar si soy capaz y cómo hacerlo, vivir un día entero contigo. Lo que me gustaría intentar hacer, viene a ser como una especie de “retiro”, del cual habrías de ser tú el único conductor, en una íntima conversación. Cualquiera podría pensar que se trata de un retiro bastante corto, pero quién sabe si conseguiré descubrir en él las líneas maestras de un itinerario a seguir.

[…]en cuanto a mi, Señor Jesús, como me encuentro entre aquellos que has situado fuera del camino que sigue la amplia mayoría de los hombres, fortalece en mi la persuasión de que eres tú solo, tu sola persona, la finalidad inmediata y exclusiva, lo que tengo que buscar en este momento de manera bien decidida

¿Y cómo haré para adherirme a ti? De la manera más sencilla. Leeré en tu Evangelio lo que tu dijiste e hiciste. Me esforzaré –bien sencillamente, lo repito—por impregnar de Evangelio las acciones de este día.

 Un monje de la Iglesia de Oriente, Presencia de Cristo. Ed. Claret, 1993, pp 17-18 [tracucido de la versión catalana por fmv]

[Enlace para conocer algo más de Un Monje… y su obra]

+        +       +

JORNADAS DE DESIERTO ONLINE II

“EL EVANGELIO DE JESÚS DE NAZARET”

La Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld invita a toda persona que lo desee a estas jornadas de desierto, del 24 al 30 de noviembre, iluminadas con textos de Carlos de Foucauld, sin coste ninguno. Para inscribirse o pedir información: foucauld.horeb@gmail.com

6 Comments on “Tu Presencia hoy

  1. siempre y cada tanto vuelvo a comenzar de nuevo,
    mi corazon es miseria sin ti y tu lo haces todo nuevo ,
    VINO NUEVO EN VASIJA NUEVA,
    y como siempre me compones y recompones a ti
    y con mi corazon rasgado vuelve a ti,
    sin haberse alejado demasiado,
    pero basta una minima distancia para llorar tu ausencia
    mas nunca tu te haz retirado de mi corazon…..soy un desastre sin ti,
    pero te amo con tu mismo AMOR.
    Librame de mi misma ,que solo tu
    mi AMADO JESUS Y MAMITA MARIA REINEN TOTALMENTE EN MI SER.
    Gracias Amadisimo Gaby de Santa Maria,
    a ti x ser docil y regalarme este hermoso alimento
    y a Dios por tu corazon amoroso y agradecido. Dios te bendice siempre.

  2. Señor Jesús , deseo con todo mi corazón vivir cada día en tu presencia . En mi mente , solo tú , en mi corazón , solo tú , en mi boca , solo tú….. simplemente vivir para TI….amén

  3. Señor, y después de tantos años, cualquiera diría que empiezo ahora. Soy tan débil! Necesito desintoxicarme, eliminar tantos venenos! Quisiera, al menos, nacer a tu Presencia, crecer en ella. Con este deseo me acerco hoy a ti . Gracias, hermano.

  4. Señor: que a cada momento te encuentre dentro de mí…no me dejes ir al desierto de mi soledad sin ti…

  5. El desafío de vivir en Cristo desde lo cotidiano, porque Él es un camino a seguir, que se manifiesta y vive en cada uno cuando no somos indolentes ante el dolor y la necesidad ajena, vive en el hermano que nos levanta cuando nos rendimos, vive en el que nos perdona, vive en el que llora con nuestros sufrimientos, al que comparte aun en la carencia, el que nos da su mano y su abrazo caluroso, el que ríe aun cuando sufre en silencio, al que nos mira con bondad y misericordia, al que no espera nada y da todo…¿Qué más regalo y presencia podemos pedir? si ya vive en un corazón que manifiesta en total libertad su amor, este es el desafío de vivir en Cristo.

    «…mi pasado no existe más,
    porque Tu haces de mi una nueva criatura,
    Abro mi corazón y te recibo ahora mismo
    como mi señor y mi salvador. Amén

Deja un comentario

Descubre más desde El Santo Nombre

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo