La paz del corazón
¿En qué sentido dice usted que ayuda el recuerdo de la muerte? Se insiste mucho con eso en los textos de los monjes hesicastas y de Filocalía en general. Parece un poco morboso o desalentador.
Así como has sido puesto en esta vida de repente y cuando te diste cuenta ya estabas en ella, del mismo modo seremos arrebatados y cuando nos demos cuenta estaremos ya en la otra orilla. No elegimos cuando venir y no elegimos cuando partimos. Esto aporta a la vida una intensidad que la despierta. Nuestra manera adormilada de vivir, entre divagaciones vanas sobre una multitud de tonterías, muestra el olvido que padecemos de nuestra realidad aquí. Estamos de paso y vinimos para algo y sin embargo, vivimos como si la estadía fuera permanente y como si el encuentro con la vocación profunda fuera postergable.
Otra forma de decirlo sería: creemos que la muerte es algo malo cuando en realidad es el verdadero nacimiento. Esta vida es preparación, es escuela, es jardín de infancia, es útero. A veces se presenta como un confuso proceso de formación y revelación del ser. Pero no lo dudes, la vida no es lo que parece. De este grave error de percepción deriva gran parte del sufrimiento humano y por esta equivocación estamos como estamos.
Sacamos conclusiones teniendo muy pocos elementos del panorama general. Nuestro padre Dios, el omnisciente, el providente, el que da el ser a todo lo existente… Él sí tiene el panorama completo. Ese que brindó el nacimiento a los cientos de miles de millones de galaxias, el que hizo nacer a todo ser viviente, ese creador incognoscible, ese supremo misterio tiene en sí el sentido y el significado de todo. Nosotros pretendemos saber esto y lo otro y nos quejamos y queremos controlar las cosas… ¿no te mueve a risa?
Es como si conociendo dos palabras sueltas quisiéramos dar clase sobre una obra de diez volúmenes. El recuerdo de la muerte da sello de autenticidad a lo que haces. Te sitúa mejor y hace que muchos temores limitantes se esfumen. Vivir muriendo es vivir soltando, no agarrando. El desasimiento tiene mucho que ver con esto. Ser instrumento, dejarse hacer por Dios, implica esta desapropiación que asusta a la mente y que no obstante, hace feliz al espíritu…
Hay varias preguntas que me aparecieron por lo que me escribió en la última carta. Por ejemplo, ¿qué quiere decir con vocación profunda? y si uno esta acá en formación o preparación, ¿para qué cosa nos preparamos? Y si somos instrumentos, ¿cuál es nuestro papel, en cuanto libertad o capacidad de elección?
de intercambios por escrito con Esteban 2005 – Textos simplificados
Para participar del encuentro en Zoom debes ingresar al siguiente enlace: https://us02web.zoom.us/j/88619724529
¿Qué quiere decir vocación profunda?…Vivencia profunda de Ser
¿Para que nos preparamos? Nos preparamos para el siguiente instante
y, si somos instrumentos ¿ Cual es nuestro papel Libertad o capacidad de elección? Como dijo Ramana Maharsi y no hace mucho me recordó mi amigo Mario, no somos hacedores de nada. La libertad es la confianza de que nada parte de ti, sino que todo se da en Dios.
Soltar en la vida es una forma de morir. ¿ A qué? Al Ego que nos mantiene muertos.
Gracias
se habla de la muerte como una sola pero en realidad hay dos muertes posibles una es la del cuerpo pero también el espíritu está sometido a algo parecido. de hecho se habla en los eva gelios de los que estando físicamente vivos andan como muertos en el espíritu. también se nos dice que tengamos cuidado, no con los que pueden matar nuestro cuerpo sino más bien de aquellos que pueden arrebatarnos el espíritu. también se nos dice que solo durante la vida física podemos arrepentirnos y alcanzar el perdón y que los muertos ya no pueden alabar a Dios. me quedo con una frase que oí hace tiempo. que dice: antes la muerte que perder la vida. (Teonauta Antikaro).
mateo 10:28
Aprendemos o nos enseñaron de viejos que la muerte es nacer de nuevo Se debe insistir desde la juventud para que tengamos un mundo mejor sin odios Graciaaas