Bernardo tenía un extraordinario carisma de atraer a todos para Cristo.
Amable, simpático, Inteligente, bondadoso y alegre. Todo esto y vigor juvenil le causaba un reto en las tentaciones contra la castidad y santidad.
Por eso durante algún tiempo se enfrió en su fervor y empezó a inclinarse hacia lo mundano. Pero las amistades mundanas, por más atractivas y brillantes que fueran, lo dejaban vacío y lleno de hastío.
Después de cada fiesta se sentía más desilusionado del mundo y de sus placeres. Pronto descolló en los estudios y en la piedad.
A los 17 años muere su madre y Bernardo busca su camino en medio de fuertes dudas y ansiedades.
El mundo le sonríe y la pasión le halaga. Bernardo resiste y fortalece su voluntad con actos heroicos de virtud.
En 1112 ingresó en el monasterio de Cîteaux (Císter). Tres años después, fueenviado a fundar la abadía de Claraval (Clairvaux), de la que fue el primer abad. La nueva fundación llegó a contar con más de setecientos monjes y se le agregaron 160 monasterios.
Claraval y el Císter ejercieron la influencia tenida antes por Cluny gracias a Bernardo.