La paz del corazón
Siéntate un momento… relaja tu cuerpo y aquieta la mente; deja ir los cuidados y las preocupaciones… Estate solo aquí…
Imagina entonces que te elevas lenta y suavemente, como si flotaras sin esfuerzo poco a poco… Sales ya de tu casa y observas desde lo alto los tejados vecinos… Es de noche… Por fuera las actividades disminuyen, dentro, las luces en las ventanas muestran la actividad de las familias. Te haces consciente de la vida que bulle en los hogares, esos refugios íntimos donde buscamos consuelo para el miedo. Te parece sentir el dolor humano…
Te elevas un poco más y ves las montañas oscuras a lo lejos e innumerables estrellas sobre ellas y entre el aquí y el allí manchas de luz que son las ciudades y poblados de los hombres… Cuanto dolor, cuanta prisa… cuánto miedo… y también.. cuánta alegría, cuánto amor y cobijo solidario… sientes pena y dicha a la vez…
Entonces, inclinas el oído interno hacia el corazón…! haces silencio mientras sigues alejándote y tu punto de vista cobra mayor altura… divisas ya la esfera planetaria… Cuánta belleza la Tierra hermosa… que perla selecta en medio del espacio inabarcable, parece una lágrima brillante colgada en la inmensidad…
Mientras la tierra se empequeñece, lentamente vuelves a llevar la atención al corazón tratando de escuchar su movimiento íntimo, el murmullo secreto de su existir… suspende los demás sentidos y solo escucha… Señor Jesucristo… Señor Jesucristo… Señor Jesucristo… Percibes el cálido oleaje de la gracia que llega con los latidos… Jesucristo… Jesucristo… Jesucristo…
Vas sumergiéndote en el Santo Nombre mientras inicias un suave descenso, vuelves a casa, a la magnífica esfera burbujeante de vida… no es aún el tiempo de las estrellas… ven aquí, vuelve a la humanidad doliente, acércate a los continentes y a las regiones… vuela suavemente sobre los mares y las ciudades… desciende en los poblados… Jesucristo, Jesucristo, Jesucristo…
¿Cuántos ojos te buscan? ¿Cuántas manos se alzan hacia ti? Tanto llanto Señor, tanto dolor… ¿No es acaso la alegría el anuncio de tu venida? ¿No es el amor el signo de tu presencia?… Vuelve a nosotros tu luz… vuelve a nosotros luz de mis ojos, Altísimo omnipotente!
De nuevo en tu habitación… sientes la respiración, el movimiento de la vida en el cuerpo… agradeces la intuición que ha llegado hasta ti, esa certeza profunda que te dice: La vida tiene un sentido, tu vida tiene sentido… lo que ocurre es puro significado... vuelves al mundo cotidiano para encarnar a Cristo en tus labores… respira Su nombre, camina Su nombre, trabaja en Su nombre… Jesucristo… Jesucristo… Jesucristo…. (1)
elsantonombre.org
Aquí el audio del texto anterior:
(1) Queridas hermanas y hermanos en Cristo Jesús: El texto y el audio que ha realizado Lourdes en base a él, puede ser útil para ampliar el pedido cuando se repite La oración de Jesús con frecuencia. Facilita la ampliación de la sensación interior para incluir a la humanidad toda en nuestro plegaria de piedad, compasión o misericordia. Sea que se diga «… ten misericordia de mí o de nosotros»; puede atenderse a una actitud de llamada a Jesucristo de todos los que vivimos en esta Tierra… como si le pidiéramos que venga pronto.
Para hoy dos enlaces:
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El texto me parece maravilloso. Gracias
Gracias María Jesús. Un abrazo fraterno invocando el Santo Nombre de Jesús.