La paz del corazón
«Mas importante que los acontecimientos es la actitud que se asume ante los mismos». Esta afirmación, con palabras similares o matizadas se ha dicho mucho aquí y en todas partes durante siglos, sin embargo, interiorizar lo que implica no es fácil por la fuerza de la costumbre. ¿Qué costumbre? La de considerar nuestra vida interior como dependiente de las circunstancias.
Incluso suena irrazonable decir que podemos permanecer ecuánimes cuando lo desfavorable se presenta en nuestra vida con cierta fuerza. Pero esta sólida tranquilidad del corazón ha sido y es el núcleo de la propuesta de los hesicastas y uno de los propósitos fundantes de sus prácticas y ejercicios.
Al principio se pasa por el dolor del reconocimiento de la dependencia, esa toma de conciencia de que no somos dueños de nosotros mismos; se produce entonces el espanto de advertir un conjunto de mecanismos reactivos que van motivando lo que decimos, pensamos, sentimos y hacemos. Es difícil este momento interior, ya que suele trastocar lo que hemos creído acerca de nosotros mismos y va contra la corriente de lo que se entiende en general.
Si aplicamos una perseverante autoobservación y si nos impulsa una apasionada búsqueda de la verdad, abdicamos el aparente trono de nuestro yo e iniciamos el camino del conocimiento de sí. Al principio se trata de ver, luego de aprender a no reaccionar, más tarde de comprender en esencia la raíz del comportamiento humano y entonces comienza la desactivación de esos automatismos que nos hacen obrar el mal cuando queremos obrar el bien.
La transformación profunda (metanoia) necesita de comprensión experiencial y de la gracia del Espíritu Santo. Lo primero requiere mirarnos con verdad y testificar los procesos que se van sucediendo en nosotros. Lo segundo necesita de la oración frecuente y ferviente, de un abrirnos sin temor a la influencia de la gracia que nos conducirá probablemente a donde no imaginamos.
La vida humana es un camino de aprendizaje que nos lleva a reconocernos hijos de Dios y esto implica mucho más de lo que puede suponerse cuando se lo aborda solo desde lo que es mental o conceptual. La vida humana es también peregrinación hacia el santuario, que es interior y también exterior. Es que hemos de asumir que la resurrección ha necesitado antes de la cruz y y que es preciso morir a nosotros mismos, al que siempre hemos creído ser…
Queridas/os hermanas/os en Cristo Jesús: El próximo sábado 27 de agosto si Dios quiere, tendremos el encuentro privado (no se grabará) para quienes se interesan en los temas derivados de Fenomenología. Se realizará a las 19:30 hs. de España, 14:30 de Argentina y demás equivalentes. El enlace será el mismo de siempre que usamos para las oraciones y encuentros. https://us02web.zoom.us/j/88619724529
Enlaces de hoy:
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Me llega este mensaje en el momento que más lo necesito. Lo agradezco y lo acojo con el corazón
Estas palabras sacuden y traspasan como un rayo todo mi ser. Dichas y oidas, una y otra vez. Siempre nuevas, potentes y transformadoras. Volvamos a la busqueda sincera de la verdad. A dejarnos impregnar por la gracia que fluye constante. Un abrazo y que Cristo nos guie.
Que buenas líneas Eugenio! Se siente el ardor por esa verdad que solo Dios nos puede dar. Un abrazo hermano.
Por sabido no deja de escocer. Una y otra vez y mil veces. En momentos uno piensa en tirar la toalla. No es fácil. Pido una oración. Gracias.
Invoquemos juntos el Nombre de Jesús.
Hola María. Nada de tirar la toalla, no es fácil, pero con mucha oración y un poco de atención, todo se encamina. Un fuerte abrazo en Cristo Jesús.
Muchas gracias. Esta reflexión me ayuda enormemente en mi vida espiritual y en mi labor profesional cómo consultora jurídica y familiar. Gracias. Paz y bien.