La paz del corazón
¡Qué lindo que es el silencio! Es un fondo que todo lo permite. El canto del pájaro que me regocija puede escucharse en el marco silencioso que le da espacio. En la oración, los momentos callados destacan y valorizan las palabras de la escritura y el mismo nombre de Jesús resuena y se hace eco en el silencio que lo precede y le sucede.
El silencio se esparce y va más allá de los momentos de meditación o de oración pausada. Hay un silencio creciente de las apetencias, un aquietamiento progresivo de los deseos, una cierta calma que deja aflorar el momento presente. Disminuye el furioso rugido de las ambiciones, el ruido que provoca el afán de control se hace sordo y luego se escucha desde lejos.
En este paulatino morir de la agitación nace la firme calma que da la confianza. En realidad, el silencio verdadero y estable deriva de la fe profunda en la divina providencia. Sin eso, no habrá silencio en mí. Dejarse estar en el amor múltiple de los acontecimientos que Dios envía nos funda en la paz. El silencio no es solamente pocas palabras sino también apertura tranquila del ánimo, suave contento, acción convincente.
Al final, la vida en el Espíritu Santo es la que produce una libertad real y entonces se ausentan las preocupaciones dejando lugar a la contemplación. Vivir contemplativamente… ¡Qué buena aspiración para el alma! ¿Qué sería vivir contemplativamente? Vivir confiando, cultivando la pequeña parcela que nos toca lo mejor posible. Esa es la gran vacación, la bienaventuranza del reino aquí y ahora.
Invitación
Queridas hermanas y hermanos, este próximo domingo 20 de agosto realizamos la reunión mensual de intercambio en la Fraternidad, a las 15 hs. de Argentina y 20 hs. de España. Si Dios quiere trataremos el tema de «La organización de ámbitos humanos como forma del amor divino», estamos todos invitados. Será en el enlace de siempre, el mismo que usamos para las oraciones: https://us02web.zoom.us/j/88619724529
Enlace recomendado de hoy:
Conciencia de Su presencia (en el blog de Alejandro)